Incremento de las horas de vuelo matinales para detectar anomalías en los terrenos con mayor masa forestal, especial vigilancia en los parques naturales, uso de drones o el refuerzo de cincuenta efectivos y once brigadas más «a pie de montaña», según la consellera de Emergencia Climática, Mireia Mollà, son parte de la campaña Stop al foc 2020. El plan estratégico contra los incendios de la Generalitat para este verano incluye a más de 800 efectivos, con agentes medioambientales, técnicos forestales y bomberos en un «verano singular que obligará a un esfuerzo organizativo inédito». Así lo apuntaba ayer la consellera de Gobernación, Gabriela Bravo. La pandemia, con las restricciones para los trabajos de selvicultura, y las características del ecosistema mediterráneo cargan de combustible el monte, convirtiéndolo en un auténtico polvorín. Situación que se agrava año tras año por la crisis climática y el abandono de cultivos.

«Este año nos enfrentamos a una de las campañas más difíciles porque la gestión va a ser un reto, primero por la incidencia de la covid-19 y porque hemos tenido una primavera muy lluviosa, con un crecimiento notable de vegetación de monte bajo y matorral», explicaba Bravo. «Esperamos un verano muy seco a causa del cambio climático y con mayor afluencia de público a las zonas de interior por la pandemia», enfatizaba. Bravo incidía además en que la Generalitat dispone de un millar de profesionales «formados, preparados y comprometidos», al tiempo que recordaba que la colaboración ciudadana «es uno de los mejores escudos frente al fuego para defender el patrimonio natural, las infraestructuras y la vida humana». En ese punto, echaba la vista atrás para recordar que el 85 % de los incendios de 2019 fue por causas humanas. «Que nadie dude en llamar al 112 ante un conato de fuego», insistía.

Ximo Puig, por su parte, hacia hincapié en que igual que se está venciendo a la pandemia gracias a la ciudadanía, «pues igual con los incendios». Especialmente ahora que las restricciones por la crisis sanitaria van a redirigir el turismo hacia el mundo rural. «Hay que insistir en la preservación de nuestros bosques porque forman parte de nuestra vida, tenemos una gran parte del territorio con terrenos forestales y nuestros ecosistemas son como son y lo que hemos de hacer es buscar la accesibilidad», señalaba el president de la Generalitat. «La detección precoz es fundamental. No queremos héroes, queremos preservar la vida humana», reiteró en buena parte de su intervención, donde destacó la importancia de los medios de comunicación a la hora de divulgar la trascendencia de la concienciación y la participación ciudadana. «Un bosque forma parte del alma de un pueblo, es una cuestión no solo ambiental, sino emocional», destacaba. Al acto también asistió la delegada del Gobierno, Gloria Calero, a quien agradeció la presencia Puig por la colaboración del gobierno y tampoco faltó el secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, José María Angel.

Tecnología y detección precoz

Precisamente este último destacaba que la tecnología se ha revelado como la mejor apuesta en la prevención y extinción de fuegos. La treintena de observatorios de la Generalitat «permite un campo visual de todo el país». «Al menor signo de humo los helicópteros pueden realizar un diagnostico precoz», explicaba. La «rápida comunicación», según el secretario autonómico, se ha erigido como el arma más eficaz especialmente en aquellos puntos de interfaz agrícola urbana, donde las llamas se adentran en urbanizaciones o núcleos de población.

Un territorio muy vulnerable Mollà, mientras, hacia especial énfasis en «los nuevos retos por la emergencia climática». Y reclamaba «prudencia en la desescalada, que la gente pueda visitar estos entornos naturales pero con cautela, con responsabilidad». «La crisis climática está ahí y hay que recordar que los científicos nos señalan que estamos en un territorio vulnerable con una degradación vinculada a ella», razonaba. Mollà, además, explicaba que la Dana y el temporal Gloria tuvieron mucha afectación sobre las pistas y la masa forestal, devastada en algunas zonas con mucho ramaje caído como el Partido Popular ha venido denunciando. «Pese a las dificultades por las restricciones hemos podido reparar muchos elementos imprescindibles como son los caminos y las pistas forestales», aseguraba.

«No queremos ser triunfalistas, pero sí realistas y llevamos 79 incendios con 65 hectáreas cuando la media era de 180 incendios a estas alturas», señalaba Mollà. Quiso destacar también el «gran comportamiento de agricultores» en el tema de las quemas. La consellera confesó que el día antes había sido un complicado día por las elevadas temperaturas.