La radiografía de la evolución de la pandemia sigue, aparentemente, ofreciendo una imagen de situación bajo control en la C. Valenciana, pese a que el ritmo de los contagios ha crecido de forma moderada tras el fin del estado de alarma. Todo ello en medio de los dos rebrotes registrados (uno en Castelló y otro en una empresa de Rafelbunyol) que han disparado en 82 los nuevos casos en los últimos cuatro días, y que refuerzan la idea de la necesaria precaución ante la frágil situación sanitaria. Sin ir más lejos, ayer Cataluña confinó un área de 200.000 personas en 38 municipios de Lleida. Hay 67 nuevos focos activos en España, y la capital ya cuenta con uno. Cada día crecen.

Teniendo en cuenta el último balance disponible de la Conselleria de Sanidad, durante toda esta pandemia se han detectado 11.633 casos positivos con prueba PCR, la más fiable. Desde el pasado 21 de junio, día en que se levantó el estado de alarma, son 147 los nuevos casos, muchos de los cuales estarían vinculados a estos dos brotes, o habrían sido descubiertos ahora pese a haberse contagiado semanas atrás.

Los 147 nuevos positivos suponen un incremento del 1,27% respecto al final del estado de alarma. Si se compara esta dinámica con el periodo anterior equiparable (los 11 días previos al 21 de junio), la evolución se ha acelerado (105 nuevos positivos entre el 10 y el 21 de junio), aunque se trata de cantidades pequeñas.

Las dos situaciones vividas en Castelló y Rafelbuñol, unido al inicio del periodo vacacional con la Operación Salida, el regreso a las segundas residencias de forma masiva o la recuperación de la movilidad aérea internacional animan a no bajar la guardia.

En el caso de Castelló, resulta reseñable otro dato. Según la información actualizada por el Centro Nacional de Epidemiología, la tasa de reproducción en esa provincia se disparó por encima del 4 en los días previos a que se detectara el brote. Este número reproductivo (Rt) es el «número promedio de casos secundarios que cada persona contagiada puede llegar a infectar en una etapa de tiempo», según detalla el Ministerio de Sanidad.

El último dato (no se actualiza desde finales de junio) se sitúa en el 1,15, por encima de lo que se considera aceptable (1) para tener controlado el virus. La media autonómica se encuentra en el 0,96; y la española, en el 0,78.

Conviene seguir de cerca todos estos indicadores, que pueden apuntar a una evolución negativa de la pandemia. Uno de los más sensibles es el de casos diagnosticados con inicio de síntomas en los últimos 7 días. Y en este punto la C. Valenciana, pese a tener una de las menores incidencias acumuladas (0,30, menos de la mitad que la media española, 0,75), está aumentando en los últimos días. Crece de forma constante desde el fin del estado de alarma, y se ha establecido en las últimas jornadas en el doble que hace 15 días. Aunque, cabe insistir, sigue muy lejos de los peores ratios, como el de Cataluña (1,97), según el informe del viernes del Ministerio de Sanidad.

Mientras tanto, la normalización de la sociabilidad que se está viendo en las últimas jornadas sigue incidiendo en un repunte de contagios entre los más jóvenes. Es algo que ya se detectó con el fin del confinamiento y el inicio de la desescalada. Como publicó este diario, durante esas semanas de abril y mayo los nuevos contagios se multiplicaron por cuatro entre los jóvenes de 10 a 19 años.

Desde que terminó el estado de alarma, esta franja de edad sigue siendo la que protagoniza en términos relativos un mayor incremento de contagios. En concreto un 13%, al pasar de 287 casos el 21 de junio a los 325 de la actualización del pasado día 2 de julio.