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Los pediatras creen que la jornada partida es mejor para el sueño y nutrición de los niños

Luis Blesa cuestiona que la jornada escolar la decidan los centros y no esté regulado por la administración

Los pediatras creen que la jornada partida es mejor para el sueño y nutrición de los niñoscorts

El presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría, Luis Blesa, afirmó ayer que la jornada escolar que mejor se adapta a los condicionantes pediátricos sobre sueño y nutrición según los estudios realizados es «probablemente» la partida, aunque ha remarcado que no es un «posicionamiento claro irrenunciable» porque hay que escuchar todos los posicionamientos de las diferentes áreas implicadas.

Así se pronunció Blesa en la comisión de estudio Les Corts sobre los usos de tiempo para impulsar políticas concretas de racionalización de los horarios, en la que se ha centrado en abordar las implicaciones que tiene el horario escolar en la vida de niños y adolescentes, ya que marca a qué hora se deben levantar y comer o el tiempo de ocio disponible.

«Los horarios escolares tienen una importancia fundamental, la mitad del año viven condicionados por ellos», dijo el pediatra, que constató que hay posturas a favor y en contra de las jornadas continua y partida en los centros educativos y ha reconocido la dificultad del debate.

Sobre esta dicotomía, lanzó como primera objeción que se deje a decisión de cada centro y no esté regulado por la administración cuando «es más importante de lo que parece». No es que esté en contra de que se vote en cada colegio, precisó, sino que considera que habría que regular qué se puede votar porque puede darse el caso de que ninguna de las jornadas planteadas sea la adecuada.

Sí hay condicionantes pediátricos influyentes, dijo, y apuntan a que «parece que se adecúa» un poco más a ellos la jornada partida, aunque ha admitido que «hay que conjugarlo todo» y en la decisión final también hay motivos docentes, laborales, socioeconómicos, entre otros. Además, dijo, no hay por qué «irse a un extremo u otro», ya que la jornada partida no tiene que acabar obligatoriamente a las 17 horas, puede hacerlo a las 16 horas. El problema de la continua, precisó Blesa, es que para cumplir con las horas de docencia se necesitan unas horas determinadas y empezar a las 8, por ejemplo, «no es un buen horario para los niños y, sobre todo, para los adolescentes».

Estos últimos, detalló, tienen un desfase de sueño porque no producen melatonina hasta última hora de la noche, «no es que no quieran, es que no tienen sueño» por la propia edad y no se les puede adelantar la hora de despertarse como tampoco favorecer el uso de pantallas por la noche, que «lo acentúa aún más».

A su juicio, no tiene lógica que a medida que se hacen mayores y pasan a Secundaria entren antes que en Primaria «cuando debería mantenerse o retrasarse» el inicio de las clases. Respetar los biorritmos «mejora la calidad de vida de los alumnos», ya que «mejora la vigilia, la atención, la conducta y el rendimiento».

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