No hay un «salimos más fuertes» para los jóvenes por mucho que el eslogan sea fácil de evocar. Los datos empiezan a asomar la pata por debajo de la puerta y el lobo de la crisis aúlla al doblar la esquina. La cuarentena no ha sentado bien a la juventud valenciana. Así lo expresa el estudio del Consell Valencià de la Joventut sobre el impacto de la covid.

El informe elaborado a partir de encuestas a 650 personas entre los 12 y los 30 años muestra problemas, en cuatro asuntos distintos: empeoramiento de la salud mental, complicaciones para estudiar, preocupación por los contagios y el futuro y dificultades socioeconómicas; bases sobre las que se construye la nueva normalidad juvenil.

El encierro y la incertidumbre han dejado mella psicológica en cuatro de cada diez jóvenes con especial incidencia en ellas: más de la mitad de las mujeres han sufrido estrés o ansiedad durante la cuarentena. Además, estados de ánimo como preocupación por no saber qué pasaba (82,5 %), aburrimiento (19,5 %) y tristeza (68 %) han sido habituales.

La enseñanza online ha contado con bastantes inconvenientes y no ha acabado de satisfacer al alumnado. Dificultad de aprendizaje con las metodologías a distancia (74 %), falta de acompañamiento del profesorado (63,9 %), dificultad de concentración por la situación (58,6 %), mala conexión a internet (33 %), falta de conexión a internet (12 %) y dalta de dispositivos electrónicos (10 %) son los principales problemas.

El estudio también indica que por mucho que se señale a los jóvenes como uno de los grupos sociales causantes de los rebrotes, la juventud muestra un alto nivel de concienciación. Al 92 % de encuestados les preocupa mucho o bastante que se contagie alguien de su entorno mientras que el 61, 8% muestra este mismo nivel de inquietud respecto a contagiarse ellos mismos.

Y la joya de la corona: los problemas socioeconómicos. Si la situación era mala, la nueva normalidad no la mejora. Un 38 % ha necesitado pedir ayuda económica, un 22 % ha dejado de ser independiente económicamente y un 12 % ha tenido que volver casa. Un 25 % ha sufrido ERTE, un 7 % ha tenido una bajada de contrato y un 6 % ha sido despedido. En definitiva, para un 36 % la situación económica ha empeorado.

Por todo ello, la presidenta del Consell Valencià de la Joventut, Pilar Blasco, reclamó «políticas activas». «No hemos acabado de salir de la crisis de 2008 y nos hemos encontrado con esta», explicó Blasco quien señaló la necesidad de poner en marcha medidas como regular los alquileres, aumentar la dotación para empleo joven o contratar más profesores.