Un paciente de la Comunitat Valenciana debe de esperar de media más de cinco meses -157 días para ser exactos- para poder operarse de algo no urgente en la sanidad pública. Es la nueva cifra de récord a la que escala la lista de espera quirúrgica de la sanidad valenciana según los datos de agosto que ha hecho públicos la Conselleria de Sanidad. Son diez días más que un mes antes y también hay más personas «atrapadas» en esta espera: 61.689, de las que más de la mitad llevan esperando más de seis meses.

Era de esperar que la lista de espera, como todos los años, acusara la bajada de actividad en quirófanos por las vacaciones de verano aunque el verdadero problema es que llueve sobre mojado: el parón quirúrgico al que obligó la llegada del coronavirus todavía no se ha superado y seis meses después de la primera ola de la pandemia -y en mitad de una segunda oleada-, los hospitales públicos todavía no están operando al mismo ritmo que lo hacían antes de marzo de 2020. 

De hecho, la mayoría de centros aún no han vuelto a duplicar horarios y operar por las tardes de forma extraordinaria gracias al plan de autoconcierto, lo que está ayudando a mantener la lista de espera en máximos históricos.

Los 157 días de espera media es la peor cifra de la que se tiene constancia al menos desde hace cinco años y eso teniendo en cuenta que ahí solo se cuenta el tiempo de espera de aquellos que entran «de nuevas» al sistema ya que la Conselleria de Sanidad decidió hace meses dejar de detallar cuánto esperaban los que, por ejemplo, decidían no irse a la privada cuando se les ofrecía al cumplir el primer trimestre sin ser llamados de su hospital o rechazaban una primera fecha, la llamada espera «no estructural». 

Los que más esperan 

Además, son más los que esperan más. Comparando las cifras de agosto con las de julio, hay más personas en lista: 1.372 pacientes que entran de nuevas a la lista. El aumento es, sin embargo, mucho mayor entre los que llevan esperando más de seis meses: en julio eran 26.626 y al cierre de agosto son 33.077. El grupo ha crecido en un mes en la misma proporción que ha bajado el de personas que esperan de tres a seis meses. 

Ahí sí estarían cuantificados todo ese grupo de personas en espera «no estructural» que, o bien han rechazado un traslado a otro hospital, una primera fecha del suyo o irse a operarse a la privada por el llamado plan de choque.

Entrando en detalle, en casi todas las operaciones que son más habituales los tiempos de espera han empeorado de un mes a otro aunque hay intervenciones que lo han acusado más. Los que peor lo tienen son los enfermos que tengan un problema de fimosis o que extirparse las anginas, ya que su espera sube hasta los siete meses de media en el primer caso y los seis meses y medio en el segundo. Con todo, son las intervenciones que ya estaban peor un mes antes. Como viene sucediendo desde hace meses, especialidades como Cirugía Traumatológica o Pediátrica, con 190 y 225 días de espera media, siguen siendo «las peores».

Tampoco se salvan de esperar más quien tenga algún problema de vesícula -en este tipo de operaciones hay que espera un 15 % más de días que en julio- o para que nos implanten una prótesis de cadera o de rodilla: cinco meses y seis meses de espera respectivamente, más que un mes anterior. 

Cataratas y varices se salvan

Las únicas patologías que se «salvan» de este agosto para olvidar son las intervenciones de cataratas y las de varices. Curiosamente en mitad de este empeoramiento generalizado son las únicas que mejoran, aunque muy levemente, su situación. 

Y todo porque, al menos las de cataratas, son las que más se están derivando a la privada gracias al plan de choque, el único de los dos planes para contener la demora de la lista de espera que se ha recuperado tras la pandemia porque el llamado autoconcierto, el operar por las tardes en los hospitales públicos como un extra a la jornada normal aún no se ha vuelto a recuperar de manera generalizada. 

Y es que las medidas impuestas para la nueva normalidad aconsejaban ir con pies de plomo en los hospitales para evitar un nuevo colapso si la pandemia se descontrolaba. Por supuesto, un doble circuito para atender a pacientes con y sin covid pero, además, reserva de camas por si hicieran falta y más recursos movilizados en detrimento, eso sí, de la actividad normal. 

Este parón se está dejando ver en la lista de espera ya que, pese a que las derivaciones a la privada se han recuperado a un ritmo normal, solo aceptan operarse en clínicas privadas cuatro de cada diez pacientes a los que se le ofrece, de ahí que se pusiera en marcha el programa de intervenciones de tarde en la pública. 

Los 157 días de espera marcan un nueva cifra récord pero hay que recordar que son una media ya que el acceso a un quirófano varía ostensiblemente dependiendo de dónde se viva. 

Así, y como viene sucediendo desde hace meses, los pacientes que dependan de los hospitales de la provincia de Castelló son los que peor lo tienen: la espera media en el Hospital Provincial de Castelló es de 225 días; 220 días hay que esperar en elHospital General de Castelló, 219 en el de Vinaròs y 147 en La Plana, de Vila-real. Bajando la media, están los hospitales bajo gestión privada: donde menos se espera es en el de Elx-Crevillent,solo 42 días de media.

Cierre del ocio nocturno hasta el 20 de octubre

Esta medianoche ha entrado en vigor la segunda prórroga de las medidas anticovid que la Conselleria de Sanidad adoptó para toda la Comunitat Valenciana ante el repunte de casos de coronavirus a mediados de agosto. De esta manera seguirán cerrados otros 21 días y hasta, al menos, el 20 de octubre todos los locales de ocio nocturno y bares de copas mientras que los bares y restaurantes tendrán que seguir echando la persiana a la una de la madrugada. Sanidad justificó ayer la medida alegando que había «una cierta contención en la transmisibilidad de los contagios» pero que ésta era achacable a la «efectividad de las medidas adoptadas» por lo que, quitarlas en estos momentos «supondría un retroceso importante» que podría derivan en medidas «más restrictivas» mas cuando no se observa aún «un franco descenso y el número de fallecimientos está todavía incrementándose». Las medidas, consensuadas con el resto de autonomías, prohíben también fumar en espacios públicos si no hay distancia de seguridad. V. Salinas València