«Quería vender un anillo y se volvió loco. Se metió con el Lolo, que es discapacitado, y yo me puse en medio y le metí un castañazo y ya está». Así relató un joven de 26 años, tratando de restar importancia a lo ocurrido, el incidente que tuvo con un hombre de 50 años en una calle de las ‘casitas rosa’ de València en julio de 2017. Francisco Olmedo, que se encontraba bajo «un intenso estado de intoxicación etílica» cuando se produjeron los hechos, cayó al suelo tras el puñetazo y sufrió un fuerte traumatismo craneoencefálico por el que falleció tras permanecer catorce días hospitalizado. Su presunto agresor ha confesado en el juicio ser el autor del puñetazo pero insiste en que no tenía intencionalidad alguna en hacerle daño y mucho menos en causarle la muerte.

El Ministerio Fiscal solicita para el acusado una pena de cuatro años de cárcel por un delito de lesiones en concurso ideal con un delito de homicidio por imprudencia grave. La acusación particular va más allá y aprecia un homicidio doloso, por el que pide hasta trece años de cárcel, aunque en ese caso los hechos tendrían que haber sido juzgados por un tribunal de jurado y no por el Juzgado de lo Penal número 18 de València. Por su parte, la defensa del procesado, ejercida por el letrado Jorge García-Gasco, sostiene varias circunstancias atenuantes en su cliente, entre ellas la toxicomanía -es consumidor desde los catorce años y está en tratamiento para desintoxicarse- y el reconocimiento de hechos.

El acusado, conocido con el alias de ‘El Bolita’, se encontraba en la madrugada del 13 de julio de 2017 acompañado de su amigo Lolo en frente a un portal de la calle Padre Pedro Velasco, en ‘casitas rosa’ de València, cuando un hombre, visiblemente ebrio, se les acercó molesto porque no le habían querido vender cocaína a cambio de un anillo que portaba.

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«Quería venderme el anillo a la fuerza», explicó el procesado, quien alegó que él también iba bajo los efectos del alcohol tras haber estado bebiendo en la playa. «Le metí solo un puñetazo y me fui corriendo a casa», argumentó a la vez que insiste en que no se enteró que esta persona había fallecido hasta meses después cuando fue detenido por el grupo de Homicidios de la Policía Nacional.

El fiscal considera que el acusado «lanzó dos potentes puñetazos» al rostro de su víctima, siendo consciente del estado de embriaguez y aturdimiento que presentaba Francisco Olmedo, y la lentitud de reflejos para esquivarlos de éste. «Desvanecido por la contundencia de los golpes el hombre cayó a plomo de espaldas, golpeándose fuertemente la cabeza contra el suelo». Tras quedar inconsciente fue trasladado por una ambulancia del SAMU al Hospital Clínico de València, donde falleció catorce días después como consecuencia del traumatismo craneoencefálico que sufrió al impactar contra el suelo en la caída.