Un artículo científico indexado demuestra cómo en los días con amplitud térmica muy elevada se produce un aumento de la mortalidad. Esto se debe a que el cuerpo no se acostumbra a estos cambios térmicos, ya que las personas son homeotermas, tienen el cuerpo siempre a la misma temperatura. Si salimos a la calle a mediodía y en la madrugadas no cambiamos de ropa en estas horas de máxima temperatura y las de menor temperatura diurna sentiremos un fuerte disconfort térmico que puede provocar un aumento de la mortalidad en personas con enfermedades crónicas y edad avanzada. En este sentido podemos decir que la urbanización puede disminuir la mortalidad, ya que siempre conlleva una disminución de la amplitud térmica diurna respecto las zonas rurales, ya que las máximas son idénticas entre las zonas urbanas y rurales y en cambio a las afueras de las ciudades las temperaturas mínimas son más bajas respecto a las ciudades. En noches con mucha isla de calor, superior a 6 ºC, y mucha amplitud térmica seguramente el impacto de la amplitud térmica en el aumento de la mortalidad en áreas rurales es superior a la observada en las ciudades, pero carecen investigaciones