Actuando en verde

Mireia Mollà cerraba ayer Actuando en Verde con una declaración de principios: « Ya no podemos hacer una transición pausada». Y hacía suya la frase de no quedarse en la parálisis por el análisis. «El gran reto del siglo XXI es la emergencia climática y las decisiones que se puedan tomar no son arbitrarias, ni políticas, ni de los consumidores», señalaba la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica. Y aseguraba que las empresas que reclaman normativa clara y que se apoye la innovación, van a tenerlas. Como ejemplo, citaba el decreto del Consell de impulso a las renovables.

Además, Mollà reiteraba que el año que viene la Generalitat Valenciana se proveerá de fotovoltaica. «Hemos de ser ejemplarizantes para las empresas, va a ser una década apasionante y de mucho vértigo, donde vamos a tener que deseducarnos de algunos comportamientos y cambiar el concepto de residuo por recurso», en alusión a la intervención previa de José Claramonte, director general de Facsa. «Estamos dejando una huella insostenible que hay que reducir, renunciando a algunas cosas», alertaba, para señalar: «Las empresas están en la línea adecuada».

Algo en lo que coincidía Fernando Ibáñez, director del Club de Empresas Responsables y Sostenibles. «La visión del club es muy clara al respecto y las empresas deben cuidar su impacto, pero ahora ya estamos en la tormenta perfecta por lo que se está regulando por la importante presión social», manifestaba. «Las empresas que no demuestren su sostenibilidad van a ser apartadas del mercado. Un empresario no puede mirar a otro lado, porque hay una tendencia y si no se suma va a perder», apuntaba para alertar además de que el maquillaje o greenwashing «no se sostiene». «La transparencia obliga y hay que verificar esa transición por un tercero», aseveraba. Pese a ello, admitía que las empresas «no cambian de la noche a la mañana y hay que darles herramientas para iniciar este camino».

En esa trayectoria, muy avanzada, está Mercadona. Con su Estrategia 6,25 pretende reducir un 25 % el plástico y que todos sus envases sean reciclables, con la meta puesta en 2025. Margarita Muñoz, directora de Responsabilidad Social Corporativa de la firma que preside Juan Roig, señalaba que todo se condensa «en seis acciones muy concretas que se resumen en dos: reducir y reciclar». Muñoz planteaba que una auditoría interna les señala que habrá una serie de envases que habrá que rediseñar porque no se puede prescindir de ellos, pero se abre «un campo de oportunidades maravilloso». «Hay un montón de ies, de ilusión, investigación, imaginación...», decía.

Cambiar la mentalidad

Enrique Lluch Frechina, profesor del departamento de Economía de la Universidad CEU Cardenal Herrera, abogaba por «cambiar la mentalidad». «Hoy en día tenemos una adicción al crecimiento económico, pero hay que cambiar la mirada y desarrollar políticas públicas para garantizar que todos tengan lo suficiente». «Habrá que cambiar las reglas de mercado por unas que potencian la producción sostenible y que aquellos que compren lo hagan con otros criterios, potenciando la evaluación y la acreditación de que son ecológicos y cumplen fines sociales», defendía el profesor Lluch Frechina.