El contagio de un trabajador parece ser el origen del brote masivo detectado a finales de la semana pasada en una residencia de la Pobla de Vallbona con 73 casos positivos de covid entre residentes (63) y profesionales (10), la mayoría de ellos asintomáticos. Según un comunicado que el propio director del centro —también contagiado— envió a los familiares de los residentes el pasado 4 de noviembre, un día antes se realizaron pruebas PCR a 28 ancianos que estuvieron «en contacto estrecho» con el trabajador afectado, detectando en ese momento nueve casos positivos.

Pese a que fuentes de La Saleta Conarda aseguran que están «comprometidos con la seguridad y el bienestar de todos nuestros residentes y profesionales», una semana después el brote se había disparado, superando los 60 infectados. A día de ayer, de los 63 residentes contagiados, cinco se encontraban hospitalizados, aunque uno de ellos por cuestiones médicas ajenas a su positivo y los otros todos están estables, según fuentes de la residencia.

Familiares de algunos residentes de dicho centro critican cómo se está llevando la gestión del brote y piden explicaciones sobre las medidas de prevención que se adoptaron tras detectar los primeros contagios. Respecto al supuesto abandono en el que dicen estar sus familiares ingresados tras los contagios de buena parte del personal, entre ellos toda la dirección del centro, fuentes de La Saleta afirman que la compañía ha reforzado el equipo contratando a nuevos trabajadores que suplan a estos colaboradores. «La Saleta Conarda ha aumentado la plantilla dedicada a servicios de limpieza y ha reorganizado los equipos para afrontar esta situación temporal que está viviendo el centro, reforzando los equipos de atención directa e indirecta».

El centro afirma que la mayoría de los 63 residentes contagiados son asintomáticos y los hospitalizados están estables

Asimismo, algunos familiares lamentan que desde el centro se les esté facilitando solo una comunicación general, en la que se apela a su paciencia y tranquilidad, sin dar información concreta sobre el estado de sus respectivos familiares. «Me dicen que mi padre ha dado negativo, pero no me muestran ningún papel del resultado del test y su compañero de habitación sí dio positivo», argumenta Maite, quien tiene a su padre, de 67 años, aislado. «Si me fío de los comunicados está todo tranquilo y parece que no haya ni brote, pero tengo miedo, mi padre está con tos y me dice llorando que lo saque de allí, que están las ventanas abiertas y tiene mucho frío», explica preocupada este familiar.

Maite acudió ayer a la residencia de la Pobla de Vallbona a llevarle un televisor y tabaco a su padre, «para que no se vuelva loco, porque llevaba una semana encerrado en su habitación sin tele ni radio». Salvador, que sufrió un ictus hace dos años, se encuentra aislado al haber dado positivo su compañero de habitación, de 86 años. «Él es fuerte pero la última vez que lo vi estaba un poco abandonado, con el pañal por las rodillas y las uñas negras», asegura su hija.

Amplían a 33 inspectores

Por su parte, la consellera de Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, afirma que se está estudiando el origen de los últimos brotes masivos detectados en la residencias de Llíria y de la Pobla de Vallbona para ver si se ha incumplido alguna medida de prevención. Oltra considera que es «obvio» que cuando crece el contagio comunitario el virus acaba entrando en las residencias, pero «hay que averiguar por qué se ha extendido de este modo por encima de la media».

De igual modo destacó que su departamento ha ampliado el número de inspectores que alcanzarán los 33, de modo que se cumple un año y medio antes la ratio que marca la nueva ley de servicios sociales y que con la pandemia se están centrando en el ámbito residencial de personas mayores porque son «las más vulnerables».

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Asimismo, Oltra recalcó que las medidas de protección actuales son «suficientes», pero deben ver si «las medidas se han cumplido cuando existe un brote tan extendido». Así, recordó que los centros deben reservar un 10 % para aislamientos y matizó que el contagio se produce por personal externo, por lo que todas disponen de un «inventario estricto de quién entra o sale para poder realizar la trazabilidad».

Siete fallecidos y 129 nuevos positivos en residencias



La cifra de personas fallecidas por coronavirus en residencias de la Comunitat Valenciana desde que comenzó la pandemia asciende ya a 680 con las siete nuevas muertes de residentes registradas durante este pasado fin de semana, según los datos facilitados ayer por la Conselleria de Sanidad. Además se han producido 129 nuevos contagios, entre residentes (90) y trabajadores (39). En cuanto al número de residencias de mayores que al menos tenían un caso positivo de covid en el día de ayer son 80 centros, 56 de ellos en la provincia de Valencia. Asimismo, se encuentran bajo vigilancia activa de control sanitario quince residencias, nueve de ellas en la provincia de Valencia y seis en Alicante.