Suena el teléfono. Esa amiga, amigo, compañero con el que ha compartido mesa de trabajo o de cena sin mascarilla acaba de dar positivo en coronavirus. El nerviosismo empieza a crecer... ¿qué hago? Lo aconsejado sería autoconfinarse mientras se espera para hablar con las autoridades sanitarias pero muchas personas quieren tener respuestas, cuanto antes. Y optan por hacerse una prueba de manera privada. Hasta ahora el «monopolio» de las PCR y su alto precio frenaba a mucha gente pero la entrada en el mercado de las pruebas rápidas de antígenos lo facilita: por 30 o 40 euros se tienen resultados en unas horas.

Rápido, cómodo y «barato». Pero hay un gran problema sobre el que alertan los expertos: hacerse un test de antígenos sin indicación médica y sobre todo sin tener síntomas no vale de nada porque su fiabilidad en esos casos es más bien escasa.

«Es tirar el dinero, porque es como echar una moneda al aire para saber si estamos o no contagiados», ejemplifica Rafael Ortí, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínico de València y presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, (Sempsph). La misma opinión la comparte su compañero en la sociedad científica, el también preventivista, Juan Antonio Sanz: «La prueba realizada de esta forma no tiene validez porque la carga viral, si la hubiera es demasiado baja para que la detecte este test. Más bien es un ansiolítico barato», concluye.

El problema, en el que incide Sanz, es que el mercado privado de pruebas diagnósticas busca, precisamente, «vender» pero no aconseja «correctamente qué tipo de prueba se debería o no se debería hacer. Es algo que se tendría que exigir a las empresas que hacen estas pruebas».

Falta de información

Solo con una búsqueda rápida en Internet, la web nos ofrece múltiples opciones para hacernos pruebas diagnósticas del coronavirus a demanda y, además, y ahí radica el problema, según Sanz, sin el consejo de un profesional. Eso nos lleva a «elegir una de las pruebas cualquiera, la más rápida o la más barata, porque lo hacemos en soledad y sin la información necesaria o quien nos aconseja no es sanitario sino un vendedor y ahí juegan con nuestra ansiedad y con la necesidad rápida de saber algo», añade. Además, incluso en las clínicas privadas que aportan algo más de información sobre qué prueba diagnóstica es más correcta para cada situación, habitualmente se juega con términos «confusos» para esconder que, en realidad, no es el momento indicado para hacerse una prueba (porque la infección, de existir, no ha evolucionado lo suficiente para ser detectada) o hay procedimientos más fiables que otros según el momento.

Una de las cuestiones que más confusión está generando es el parámetro de cinco días que marcó el Ministerio de Sanidad como ventana óptima en la que hacerse un test de antígenos, pero siempre contando a partir del inicio de síntomas.«Es en el momento en que han empezado los síntomas», recuerda el especialista pero se está aplicando «en cosas que no son y que no tienen nada que ver».

Hay clínicas privadas que recomiendan hacerse un test de antígenos a los cinco días del contacto estrecho, aunque no hayan empezado lo síntomas. «Cuando en este caso, al revés, sería recomendable una PCR si han pasado 5 días del contacto sin síntomas».

¿Qué debemos hacer?

Con todo, y aunque la prueba se haga en el momento correcto y se escoja la más adecuada, especialistas como Sanz no son partidiarios de hacer estas pruebas a demanda sin haber pasado antes por las manos de un profesional médico. «Una prueba en el laboratorio no es un diagnóstico. Hace falta una entrevista con un sanitario porque hace falta mirar más cosas. Primero saber si el contacto ha sido estrecho y es necesario hacer una prueba o solo vigilancia activa», explica Sanz.

En el caso de que fuera necesario, hay que saber cuál hacer y en qué momento. Los test rápidos de antígenos «son fiables pero solo en los primeros cinco días desde que se empieza a tener síntomas porque necesitan tener una carga viral alta para detectar bien al virus». Si no hay síntomas, habría que optar por una PCR, «pero tampoco se puede hacer al día siguiente del contacto. Por norma hay que esperar unos cuantos días para que la prueba sea lo más fiable posible, algo que tampoco entiende la gente cuando su médico de Familia, por ejemplo, le da cita en unos días para hacérsela, puede que no sea por falta de horario, sino por indicación médica».

El control de un profesional es importante, además, porque los contactos estrechos que dan negativo deben seguir un aislamiento y «quizá con un resultado en la mano nos pensemos que está todo hecho y no, y se genera una sensación de falsa seguridad», advierte el experto porque «incluso con un resultado de PCR negativo se puede estar contagiado, porque la muestra se puede haber tomado mal».