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"No podemos volver a jugárnosla por una noche y una tradición"

Los expertos defienden la necesidad de restringir los encuentros navideños para no extender el virus - La Generalitat considera el borrador como un "marco" sobre el que tomar sus propias decisiones

La responsable engalana su local para la Navidad. Fernando Bustamante

La publicación ayer del borrador sobre medidas de salud pública frente a la covid-19 para la celebración de las fiestas navideñas parece que pilló por sorpresa a los gobiernos autonómicos. El País Vasco, Madrid, Castilla y León o Andalucía denunciaron la «deslealtad» del ejecutivo estatal por «filtrar» la propuesta sin haberla consensuado con las comunidades. Por su parte, en Cataluña, la consejera de Presidencia y portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, defendió que su gobierno tomará sus «propias decisiones».

En el caso de la Comunitat Valenciana, fuentes del Consell señalaron que la Generalitat «valorará» la propuesta del Gobierno de limitar a seis personas las reuniones familiares y sociales que se celebren durante las fiestas de Navidad y ampliar el toque de queda entre las 01.00 y las 06.00 horas en Nochebuena y Nochevieja. Y añadieron que, en todo caso, el borrador está bien como marco global a partir del cual tomar decisiones.

También fuentes de la Conselleria de Sanidad apuntaron ayer que la Comunitat Valenciana, como está ocurriendo desde el pasado verano, seguirá su propia hoja de ruta. En este sentido, el 9 de diciembre sigue siendo la fecha de referencia para estudiar qué efecto han tenido las medidas restrictivas que se han adoptado hasta el momento sobre la curva de contagios. «Si los datos son buenos se podrán aliviar algunas de las restricciones, por ejemplo en los aforos. De lo contrario habrá que seguir aguantando el tirón», señalaron fuentes del departamento que dirige Ana Barceló.

En este sentido, no descartaron tomar incluso medidas más restrictivas de cara a las próximas fiestas navideñas en aquellas localidades de la autonomía donde no se logre doblegar la curva de contagios, precisamente para no castigar a toda la Comunitat por algunas zonas en las que peores datos haya.

Mientras las administraciones deciden qué medidas definitivas se tomaran para impedir un nuevo repunte de la pandemia tras los encuentros familiares de Navidad, los expertos insisten en la necesidad de no rebajar las medidas si lo que se quiere es rebajar la curva.

Mantener la mejoría

«Acabar con el coronavirus puede ser una cuestión de meses y lo importante es salir de esta situación lo antes posible», subrayaba ayer Santiago F. Elena, experto en virología evolutiva y profesor de investigación del CSIC. «No podemos jugárnosla por una noche y una tradición -añadía-. Pueden ser tres meses más de encierro». Para el científico, las restricciones propuestas por el Gobierno son acertadas e incluso «de sentido común». «En primavera vimos que con todas las restricciones que se tomaron pudimos bajar a un número de contagios y fallecidos razonables, y que cuando en verano nos relajamos las cifras se volvieron a disparar», señala Elena.

El virólogo valenciano subrayó ayer el peligro que supone permanecer durante varias horas sin ninguna protección en lugares cerrados con personas que no conviven con nosotros y que no sabemos si están o no contagiadas. A eso se añade que muchas de estas familias comparten la Nochebuena con unas personas y la Navidad con otras, por lo que la posibilidad de expansión del virus se eleva.

«Ahora parece que empieza a aplanarse la curva, empieza a haber menos casos y menos hospitalizaciones, pero seguimos estando mucho peor de lo que estábamos en mayo, cuando empezamos a salir del confinamiento», recordó ayer el virólogo. «No podemos caer en los mismos errores y, de repente, porque es Navidad, anteponer comer y quedar con los amigos y la familia a la salud pública», avisa.

Las restricciones, claro está, no gustarán a muchas familias. Pero, tal como recuerda la psicóloga y experta en terapia de familia, Raquel Regal, la imposibilidad de mantener encuentros de más de seis personas es un problema menor ante la «soledad y el vacío que experimentarán muchas familias que han perdido a un ser querido durante la pandemia».

«A lo largo del año podremos encontrar muchos momentos para compartir espacio y felicidad -indicó ayer Regal– . Y ahora hay un peligro real cuya batalla no hemos terminado aún». «Es importante que las familias sean conscientes de que por vivir un momento bueno podemos poner en peligro a las personas más vulnerables», concluyó.

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