La lengua valenciana ha perdido medio millón de hablantes habituales en los últimos tres lustros y solo es empleada por el 32,5 % de los habitantes de todos los territorios de habla catalana. Frente a los mensajes que se repiten en el tablero político sobre la supuesta discriminación del castellano, la Plataforma per la Llengua ha puesto estos datos encima de la mesa para alertar de la «situación de emergencia» por la que atraviesa el valenciano, «gravemente amenazado» y en retroceso constante en los últimos años.

Cuando una lengua llega al umbral del 30 % de hablantes respecto al total de habitantes del territorio, ellos mismos son conscientes de la dificultad de encontrar a personas con quienes poder comunicarse con ella. Esta circunstancia, a su vez, hace que tiendan a dejar de utilizarla de manera espontánea en la esfera pública, por ejemplo, con personas desconocidas, de quienes dudan si la hablarán o no. Una situación de inseguridad en los hablantes que, según advierten desde la Plataforma, genera una espiral todavía más grande de disminución del uso social de la lengua minorizada, que acaba causando que algunos de sus componentes se acostumbren a no hablarla incluso con otros hablantes competentes, porque ya han adquirido el hábito de abandonarla.

«Llegados en este punto, revertir la situación es muy complicado. Hace falta ser conscientes de que el valenciano se aproxima peligrosamente a este umbral, motivo por el cual hacen falta medidas drásticas y urgentes», sostiene el presidente de la Plataforma por la Lengua, Òscar Escuder, para quien «si no se actúa enseguida, la lengua se extinguirá».

Campaña de concienciación

La ONG del valenciano va a poner en marcha una campaña de divulgación en 2021 con el propósito de concienciar a la población y a las instituciones sobre el retroceso del valenciano, después de haber recopilado en un dosier los datos que muestran su vulnerabilidad. Como ejemplo, un estudio reciente cifró en solo un 15% los hablantes habituales de la lengua autóctona en València ciudad.

La entidad considera que las principales causas que han llevado a la emergencia lingüística son la «dejadez y marginación» parte de las administraciones públicas, la pérdida de conciencia lingüística de los hablantes y el hecho de que la juventud de hoy vive en un entorno audiovisual y comunicativo altamente «desvalencianizado».

Este retroceso del uso del valenciano entre los jóvenes es, para la plataforma, un punto «especialmente grave» que marca una tendencia todavía más negativa, puesto que se traduce en que las nuevas generaciones, que representan el futuro de la lengua, «son las que lo abandonan antes».