Hijo de sastre ( así aprendió a coser ), Ernesto era “ el tapicero de La Fe “ hasta que, después de tener que readmitirlo dos veces por despido nulo, se lo quitaron de encima con una argucia legal, y eso encendió la mecha de su lucha contra la Administración ...“ da igual de derechas o de izquierdas,” decía... “ la gente tiene derecho a saber cuándo las cosas se hacen mal “. Mi amistad con él surgió a raiz de un problema laboral.... Yo estaba de encargado de celadores en urgencias de La Fe, allá por el año 90 y pocos, y había carencia de sillas de ruedas para los pacientes. Ernesto me vió enfadado y me dijo “ ya verás como tendrás sillas de ruedas “. Y efectivamente, al día siguiente salió publicado en un medio y a los 15 días nos habían comprado 50 sillas de ruedas, cuando llevábamos muchos meses reclamándolas sin ningún resultado. Ernesto tenía acceso a mucha información, a toda la información, y su sindicalismo no se limitaba a los problemas de los/as trabajadores/as. Le indignaba el “ choriceo “, le indignaba que el dinero de nuestros impuestos se lo llevaran cuatro listos y que por ello no hubieran sillas de ruedas, por poner un ejemplo, para los pacientes. Y proporcionando toda esa información al “ cuarto poder “ se ganaba el derecho a que publicaran sus denuncias. Fué un luchador incansable contra la privatización de servicios en la sanidad pública. Intentó con todas sus fuerzas que no entrara la empresa privada en la lavandería, cocinas, mantenimiento, etc. de los hospitales valencianos. Y su jubilación hace dos años no le impidió seguir con su pelea por la dignidad en el trabajo, el de los demás, como siempre, nunca para él mismo. Forjó periodistas, forjó sindicalistas, yo mismo tuve en él mi maestro, pero no fui nunca un alumno aventajado, pues él siempre sabía más que yo. Ernesto fue un personaje único, irrepetible, no habrá otro como él. Fiel a sus principios, a su look de viejo rockero, los que le hemos conocido no lo olvidaremos nunca. Y si es cierto que existe un Dios ahí arriba, más le vale tener en regla las condiciones laborales de sus ángeles...