Francisco Martínez Noguera, el cura negacionista contagiado de coronavirus, ofició una misa sin mascarilla en el Santuario de la Santa Faz de Alicante a mediados del mes de enero, según ha confirmado este diario. Allí, en el monasterio, nueve de las once monjas de clausura que conviven han dado positivo en covid, aunque no existe evidencia alguna del foco de contagio. Hasta el lugar se desplazó ayer una empresa contactada por el Ayuntamiento de Alicante y el Cabildo de San Nicolás para desinfectar todas las superficies.

El polémico ecónomo de la Diócesis de Orihuela-Alicante permaneció sin mascarilla durante la celebración de distintas misas. Una de ellas, a principios de diciembre, en la Basílica de Nuestra Señora del Socorro de Aspe, y otra, tiempo después, a mediados del pasado mes en el Santuario de la Santa Faz.

El sacerdote fue advertido en varias ocasiones por su actitud contraria a la normativa, pero continuaba negándose a llevarla tanto en los actos como en la residencia sacerdotal, donde un brote ha acabado con veinticuatro contagios, entre los que se encuentra el obispo emérito Rafael Palmero, ingresado en el Hospital General de Alicante a sus 84 años.

En el entorno próximo de Francisco Martínez consideran que su rechazo a cumplir las órdenes de Sanidad responde a una «actitud prepotente y negacionista». De hecho, era el único sacerdote que no llevaba la mascarilla. Feligreses, trabajadores y otros cargos eclesiásticos habían mostrado su malestar, y hasta la Policía Local le había advertido.

Ahora, el otro brote que se ha dado en el ámbito religioso de la provincia de Alicante ha tenido lugar, precisamente, entre la Comunidad de las Canónigas de San Agustín, que custodian a la Santa Faz desde hace un año y medio.

Cerca de las 10 horas de ayer, cuatro trabajadores de Laboratorios Lokímica, la compañía de desinfección de la mancomunidad, llegaron en dos furgonetas al Monasterio, se colocaron los trajes EPI y accedieron al interior, donde estuvieron varias horas.

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El Cabildo de la Concatedral de San Nicolás emitió el viernes un comunicado en el que explicaba que, tras haber conocido la situación que se ha dado entre las religiosas, habían puesto la información en manos de la Autoridad Sanitaria, y que, además de las monjas contagiadas, «personas encargadas del culto están también confinadas por contacto con positivos».

Tanto el templo como el monasterio se encuentran cerrados, y así continuarán a la espera de las indicaciones que apunte Sanidad.