Los hosteleros que decidan saltarse la prohibición de abrir se enfrentan a multas de entre 100 y 60.000 euros, según precisaron ayer fuentes de la Generalitat. La normativa en vigor establece que los incumplimientos leves se sancionan con multas de entre 100 y 600 euros, los graves entre 601 y 30.000 euros, y los muy graves entre 30.001 y 60.000 euros. Si algún hostelero es reincidente la multa puede ser de 600.000 euros. La Policía Autonómica y las Policía Local son las encargadas de controlar que los bares solo están abiertos para distribuir alimentos y bebidas para llevar.