¿Se deben vacunar los liberados sindicales que representan a las plantillas de hospitales y centros de salud dentro de este personal? La pregunta, abierta a la respuesta de quien quiera planteársela, tiene entre sus interrogantes el caso del responsable de Salud de UGT PV, Jesús García, liberado del sindicato. Según adelantó El Periódico de Aquí, García recibió las dos dosis en el Hospital Universitario Doctor Peset de València, la primera el 12 de enero y la segunda el 3 de febrero.

Su caso se conoce el mismo día en el que el secretario general de CCOO PV, Arturo León, dimitía por vacunarse antes de tiempo ya que, aunque indicó que su disposición era volver a trabajar en primera línea (es sanitario con plaza en el Hospital de Alicante), recibió las dosis anticovid 11 días antes de solicitar su regreso.

Sin embargo, desde UGT consideran que el caso de García y de León no son iguales. Así, defienden que los liberados que trabajan en los hospitales sí que deben vacunarse (y lo han hecho los de todos los sindicatos). De hecho, García aseguró a Levante-EMV, que había puesto su cargo a disposición del sindicato y desde este rechazaron su marcha. «No ha hecho nada irregular, está justificada su vacunación, están todo el día moviéndose por el hospital», indicaron fuentes del sindicato en defensa de García.

Murgui, en manos de Sanidad

Por su parte, el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, negó ayer «ningún trato de favor» al recibir la primera dosis de la vacuna contra la covid-19, hecho por el que Sanidad investiga por si se hubiera producido o no de manera irregular, y renunció a recibir la segunda dosis vista la «repercusión mediática».

Desde el Obispado confirmaron en un comunicado que Murgui recibió la primera dosis de la vacuna en la Casa Sacerdotal pero señalaron que lo hizo «siguiendo la dinámica de las demás campañas de vacunación», debido a su «vinculación sanitaria». Así, el Obispado señaló que Murgui se ha puesto «en manos de la Sanidad Pública» para completar su vacunación «cuando, donde y como determine la autoridad sanitaria».