La idea es adaptarse a la evolución de la pandemia del coronavirus y abrir o cerrar la mano, en cuanto a restricciones en la Comunitat Valenciana se refiere, de semana en semana, y no en plazos quincenales, como se ha hecho hasta ahora. Es una de las soluciones que se pondrá hoy sobre la mesa en la reunión de la comisión interdepartamental de la Generalitat para la prevención y actuación ante la covid-19, que debe acordar cómo empieza la desescalada de las restricciones por la tercera ola a partir del próximo martes, 2 de marzo.

El mensaje es dar una esperanza a los sectores más afectados abriendo «poco a poco la mano» -la hostelería permanece totalmente cerrada desde hace más de un mes-, pero al mismo tiempo ser prudentes y poder reaccionar con plazos más cortos, como son las semanas.

Así, según fuentes de la Generalitat consultadas por este diario, las restricciones y medidas para evitar la movilidad y los contactos sociales se revisarían cada siete días, en función de si la incidencia acumulada (IA) de casos cada 100.000 habitantes sigue a la baja o en algún momento vuelve a repuntar, lo que obligaría a replantear los acuerdos tomados.

Ayer, la incidencia en la Comunitat Valenciana era de 176,71 casos. El jefe del Consell, Ximo Puig, que presidirá la reunión de hoy, dijo que el escenario ideal era llegar a una incidencia de 50 casos.

Empezar la desescalada por las terrazas

Salvo algún cambio de última hora (no es previsible un empeoramiento de los datos a tenor de la evolución de los últimos días), parece claro es que la comisión aprobará hoy la apertura de las terrazas de los bares y la desescalada en las actividades deportivas al aire libre, como Sanidad comentó con los sectores afectados el pasado martes. Ayer hubo otra reunión entre la consellera de Sanidad, Ana Barceló, y el titular de Deporte, Vicent Marzà, para avanzar en esta línea.

También se estudiará si se levanta el cierre perimetral durante los fines de semana de las 16 grandes ciudades valencianas, que suman una población de más de 2,5 millones de vecinos.

Sobre las reuniones y contactos sociales, está por ver si se modifica la actual restricción, que solo permitir encuentros de dos personas en espacios públicos, mientras que en domicilios solo pueden estar los convivientes.

En este punto no hay nada avanzado, según las fuentes consultadas, pues la situación aún es bastante complicada en los hospitales y las UCI, a pesar de la notable bajada de ingresados en un mes. Por eso no se descarta que permanezca una semana más la limitación de los contactos sociales. Dependerá del encuentro de hoy, de lo que sugieran los técnicos y lo que comenten los diferentes consellers.

De la reunión también se espera que salga no solo la lista de limitaciones de los próximos días, sino también una especie de «hoja de ruta» con indicadores para una progresiva apertura.

De momento, los portavoces de los grupos parlamentarios del Botànic (PSPV, Compromís y Podemos) se mostraron ayer cautos ante la posible flexibilización, advirtieron sobre su complejidad y algunos cuestionaron que ya se haya comentado parte de la desescalada. Compromís y Podem fueron críticos con las «filtraciones» de esas posibles medidas, recogió Efe. El síndic del PSPV, Manolo Mata, señaló que «el camino lo marcarán los criterios epidemiológicos».

El portavoz de Compromís, Fran Ferri, se mostró confiado en que «las decisiones se tomen en basen a la experiencia de esta tercera ola». Y Pilar Lima (Unides Podem) consideró que «hablar de decisiones que no se han tomado es imprudencia».

La líder del PP, Isabel Bonig, denunció que «la ruptura del Botànic es total y absoluta. No tenemos los informes que avalen las medidas».