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Cambios de chaqueta que acrecientan la desafección

El salto socava la credibilidad de instituciones y partidos

Toni Cantó, con una carpeta de Ciudadanos, pasa ante las estatuas de la familia Borja en las instalaciones de las Corts Valencianes. | LEVANTE-EMV

Desde sus inicios en la plataforma Vecinos por Torrelodones, creada para frenar un pelotazo urbanístico en aquel municipio madrileño entonces gobernado por el PP, Toni Cantó inicia su cuarta vida política tras recalar en la candidatura de Isabel Díaz Ayuso para las elecciones del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid. En el tránsito quedan el desaparecido UpyD y Ciudadanos, partido que el también actor ha liderado en la Comunitat Valenciana y que abandonó la pasada semana.

¿Pero qué efectos puede tener su nuevo cambio de color político? El doctor y profesor de ciencia política Lluís Orriols escribía esta semana que la incorporación de Cantó al PP tiene un impacto muy relevante en la política española porque simboliza el fracaso de la llamada nueva política.

En su opinión, lo verdaderamente decisivo del movimiento de Cantó no es tanto el enésimo cambio de ‘chaqueta’ sino que un referente de esa ‘nueva política’ pasa de militar en formaciones que basaban buena parte de sus discursos en denostar a los partidos tradicionales a integrarse en uno de ellos, en este caso el PP, formación a la que Cantó ha lanzado duras críticas especialmente por la corrupción.

Pero, el mayor perjuicio que la transformación de Cantó provoca es que acrecienta la desafección de los ciudadanos hacia la política y erosiona la credibilidad de las instituciones y de los partidos, según coinciden varios politólogos y analistas consultados.

Refuerza el ‘todos son iguales’

La socióloga y politóloga Aida Vizcaíno asegura que este tipo de comportamientos «refuerzan el imaginario colectivo de que todos los políticos están por su interés y no por convicción y que al final ‘todos son iguales’, Pero eso es muy injusto para muchos y muchas políticas y también es indigno», asegura la experta.

Vizcaíno sostiene que la democracia soporta más o menos bien la crítica, incluso la desconfianza hacia la clase política, pero cuando se convierte en desafección pasa a ser ya una cuestión mucho más profunda y compleja, porque afecta a la credibilidad del propio sistema político. Y ello puede generar problemas muy graves, como el ascenso de los populismos. «Si no confiamos en las normas, en el campo de juego y en los roles del juego colectivo ¿cómo nos interesamos y nos implicaremos en él?», se pregunta Vizcaíno.

La politóloga y abogada Susi Boix incide en que Cantó pierde credibilidad por la falta de coherencia entre lo que dice y lo que hace, un aspecto fundamental para obtener rédito político, pero remarca que hasta el momento esa falta de rigor en principios y valores no le ha perjudicado y está por ver si lo hará ahora.

«En este momento ha sido incoherente incluso sobre sí mismo con las declaraciones de que iba a dejar la política para entrar a continuación en las listas del PP de Madrid, pero hasta el momento ha sabido controlar bien los tiempos de los cambios», opina.

Aleja a políticos y ciudadanos

El politólogo Yuri Aguilar responde que, por supuesto, saltos políticos como el de Cantó menoscaban la credibilidad de la política y erosionan la confianza de los ciudadanos en ella y añade que Cantó ha pasado de ser un baluarte y un adalid de la regeneración política a ser uno de los máximos exponentes de la «corrupción política, con todas las letras porque es el tercer cambio de partido en seis años y eso ahonda la distancia entre la ciudadanía y la política».

«Creo que el PP ha hecho un mal negocio. Si como parece había negociado hacía meses con Cantó, eso le hace un flaco favor a la política. Su ejecutoria saltando entre partidos creo que lo que busca es más un acomodo económico que de otra forma no tendría en su profesión de actor y docente que es como él se presentaba en algún momento», opina Aguilar.

El politólogo y periodista David Sabater analiza que Cantó sabe desde hace tiempo que su liderazgo personal es mucho más valorado que las siglas de Ciudadanos y ha decidido explotarlo en un momento en el que todavía es un activo político valioso.

«Se ha perfilado intencionadamente como un verso suelto dentro de su propio partido y ha trabajado desde su escaño para estar en una posición inmejorable ante un posible salto al PP. Solo había que esperar el momento oportuno para que este cambio pareciera más una petición popular que una cuestión de ambición política, y con Cs abierto en canal tras lo ocurrido en Murcia, lo ha encontrado», añade Sabater.

En su opinión, pese a su historial de cambio de colores, Cantó ha jugado de forma inteligente con dos factores clave en política, el momento y el liderazgo, para que su nuevo cambio sea percibido como natural a ojos de sus potenciales electores, que desde hace tiempo ya tenían el perfil propio del votante conservador.

Boix añade que está por ver si defenderá igual las peticiones de los madrileños como las de los valencianos, negando por ejemplo la recuperación del Derecho Civil Valenciano, junto con Vox, partido con el que ahora buscará pactar.

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