Las solicitudes para estudiar la carrera de Medicina en las universidades públicas valencianas han aumentado en el año de la pandemia cerca de un 30 %. En la prescripción universitaria del curso 2019-2020 fueron 3.576 y este ejercicio, tras las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) de junio, en plena fase de desconfinamiento, la demanda ha aumentado hasta 5.079. Además, según los datos de la Conselleria de Universidades, la nota de corte más alta de esta carrera en la Comunitat ha pasado de ser de 13,01 en junio de 2019 en la Universitat de València a 13,41 solo un año después.

¿A qué se debe este aumento? Las respuestas a esta pregunta son diversas. A pesar de que Medicina es una de las carreras universitarias más cotizadas tradicionalmente, el acusado aumento de demanda en este intervalo de tiempo responde, según explica Jesús Andicoberry, coordinador de la Comunitat Valenciana del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), a dos factores principales: «La romantización de la profesión y la razón de ser humanitaria de la Medicina, que reside en ayudar a los demás». El representante estudiantil apunta que, además, uno de los puntos a favor para que los futuros universitarios elijan Medicina es «la amplia formación de seis años, algo inusual en otras carreas tras la implatación del Plan Bolonia, que acortó las formaciones a cuatro años».

No todo son luces

Sin embargo, no todo son luces en la carrera de personal sanitario. Según añade Andicoberry, la pandemia ha evidenciado «el gran papel de los médicos en todos los ámbitos», pero también ha sacado a relucir las malas condiciones laborales y «el agotamiento continuo» al que están expuestos los profesionales, sobre todo en una situación excepcional.

Coincide con él Enrique Cuñat, presidente de la asociación MIR España y médico residente de tercer año en el departamento de Endocrinología del Hospital Doctor Peset de València. «La Medicina llama por sus bajas tasas de paro, es una profesión muy valorada socialmente pero no destaca por buenas condiciones laborales», dice. Añade Cuñat que el médico sufre una «tasa de temporalidad muy alta», una responsabilidad «muy grande» a la que no acompaña una retribución «acorde».

Aunque dice que es difícil comparar profesiones entre sí, dice que si se analiza el oficio en España y en otros países: «Salimos muy mal parados» pues nuestro país, dice, «es uno de los que peores condiciones tiene» y, por eso, «los que pueden se van fuera».

También destaca la idealización del oficio de médico. «Cuando terminas Bachiller piensas que no te van a ir mal las cosas. Idealizas tu futuro y te lo imaginas con seguridad laboral y económica».