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El eco de la campaña en Madrid se traslada a las Corts y enciende el debate

El Botànic rebate una iniciativa de la ultraderecha para cambiar la ley del Jurídic y Mata (PSPV) acaba su discurso con la frase: «Me dan asco»

El síndic del PSPV, Manolo Mata, en su intervención ayer en las Corts; a la derecha los diputados de Vox Llanos Massó y José María Llanos. | EFE

La escalada de crispación que se ha generado en torno a la campaña de las autonómicas madrileñas tras los episodios de amenazas se extiende a todo el debate político y la polarización sigue en aumento. Y el parlamento valenciano no es una excepción. Si el lunes ya se vio en la primera comisión parlamentaria después del estallido de la campaña madrileña, cuando varios diputados del Botànic se negaron a debatir con los de la ultraderecha, ayer se repitió en el primer pleno tras lo ocurrido en Madrid.

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Era la primera iniciativa de Vox en la cámara tras los últimos encontronazos y también la primera vez que entraba en escena la línea roja revisada que el Botànic pretende aplicar a la ultraderecha y que no es en absoluto uniforme. De hecho, cada partido, incluso cada diputado, la aplica a su manera. Así, el debate sobre una iniciativa de Vox para cambiar la ley del Consell Jurídic Consultiu para que la oposición también pueda solicitar dictámenes se fue calentando hasta el punto de que el síndic del PSPV, Manolo Mata, acabó su discurso con un «ustedes me dan asco», en referencia a Vox.

Mata quería escenificar lo que lleva diciendo toda la semana sobre la necesidad de combatir a la ultraderecha con la palabra. Y su discurso fue celebrado en la bancada botánica: «El mundo está mucho mejor sin ustedes, traen lo peor de la naturaleza humana y los discursos más agresivos», lanzó. «Quieren cargarse la democracia, pero en el partido socialista mucha gente dio la vida por la democracia, la libertad, la igualdad y la república y cuando ustedes dicen que el Gobierno de España es el peor de los últimos 80 años se muestran orgullosos también de los fusilamientos de septiembre de 1975», remató.

«La igualdad impide que no haya que llamarles a ustedes señoritos y que no tengamos que arrodillarnos ni humillarnos, que no tengamos que soportar la exaltación permanente de la violencia». Para finalizar con un contundente: «Me dan asco».

El diputado de Vox José María Llanos lamentó los insultos, que aseguró se han convertido en el arma política de la izquierda para criminalizar al adversario y defendió que todas sus actuaciones y propuestas están dentro de los marcos legales.

La diputada Irene Gómez usó parte de su tiempo para contrarrestar la propuesta de Vox (Llanos agradeció su tono y sus palabras) y otra para defender los derechos humanos y alertar sobre discursos de odio que llevan a cometer atrocidades. «El antifascismo es el deber de cualquier demócrata, y les decimos no pasarán», dijo la diputada.

Jesús Pla, de Compromís, trató de rebatir la propuesta de Vox con argumentos, pero no buscó romper el marco de la ultraderecha como había defendido un día antes el síndic, Fran Ferri. Pla aseguró que Vox quiere acabar con la división de poderes.

Cs, contra el cordón a Vox

Ciudadanos criticó que se imponga un cordón a Vox y la diputada Mamen Peris aseguró que los tentáculos de Iván Redondo (asesor de Pedro Sánchez) mueven los hilos del Botànic. Peris defendió la propuesta de Vox y dijo que la iniciativa no salía adelante porque la presentaba ese partido. El PP respondió que ya había presentado esa misma propuesta y que el Botànic también se la tumbó.

Precisamente a la ola de crispación atribuyó la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, la agresión homófoba sufrida por un hombre en Alicante, golpeado por otros al grito de «maricón de mierda». Oltra llamó contra la intolerancia y a los políticos a plantearse el clima que se ha generado.

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