Vamos a entrar en la última semana del mes de junio, y salvo en sitios y días muy concretos, el calor ha estado ausente de las noticias. Desde el punto de vista atmosférico, estas semanas está siendo una prolongación de la primavera, ya que se han ido sucediendo los descuelgues de aire frío en el entorno peninsular, por lo que las masas de aire del norte de África nos han esquivado por el este y el oeste. Aunque las lluvias no han sido generales, no hay que olvidar que en esta época casi todas las precipitaciones son de origen convectivo, básicamente tormentas, lo que es una lotería. Pero al margen de eso, las masas de aire templadas y frescas junto a los vientos marítimos están manteniendo las temperaturas a raya. Una de las cosas que más agradecemos en el Mediterráneo es que estamos a las puertas del mes de julio y todavía nos tenemos que tapar con una sábana o mantas finas, incluso en la costa, cuando en otros años nos estábamos cociendo a estas alturas de junio. Le hemos robado unas semanas al verano climatológico, y yo desde luego no me voy a lamentar por ello. Sin embargo, lo bueno se acaba pronto, y a día de hoy parece que el mes de julio comenzará con una importante irrupción de aire tropical continental y polvo en suspensión sobre el sureste peninsular, dejándonos un ambiente ahornagante. Pero hay que resignarse, tarde o temprano tenía que llegar. Hasta entonces, disfrutemos y aprovechemos estos días en los que más o menos se puede estar en la calle, y sobre todo, para descansar bien por las noches.