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La C. Valenciana trabaja con el turismo para reducir la dependencia británica

El anuncio llega horas después de que Reino Unido haya prorrogado las restricciones de viaje hacia la autonomía mientras las levanta hacia Baleares

Pubs cerrados en Benidorm por la falta de turistas británicos, ayer. | DAVID REVENGA

El sector turístico de la Comunitat Valenciana parece haber escarmentado tras los sustos que ha venido recibiendo en los últimos tiempos desde su principal mercado emisor, Reino Unido, y estudia fórmulas para reducir esa alta dependencia de un país que le aporta casi uno de cada tres visitantes extranjeros. Primero fue el brexit, luego la quiebra de Thomas Cook y ahora la pandemia. El sector ha ido capeando con solvencia los sobresaltos pero el inmovilismo de Downing Street a la hora de mantener a la Comunitat entre los territorios que obligan a guardar cuarentena a su regreso pese a tener una de las menores incidencias del virus de Europa ha desencadenado la decisión. Al menos, la exposición pública de la estrategia.

El detonante apunta a la última revisión del semáforo realizada por el Gobierno de Boris Johnson el jueves, en la que introdujo a Baleares entre los destinos en verde pero siguió rechazando trasladar esa regionalización de datos sanitarios a territorios peninsulares. Una decisión que para el secretario autonómico de Turisme, Francesc Colomer, es «errónea» y «pésima» para autonomías que como la valenciana «disfrutan de una situación sanitaria positiva». De hecho, la incidencia acumulada de la Comunitat es prácticamente idéntica a la de el archipiélago balear.

«El Gobierno británico ha demostrado una formulación errática» de este sistema, según Colomer, que está propiciando que zonas tan expuestas al turismo de Reino Unido como la Costa Blanca y en especial Benidorm, mantengan todavía hoteles cerrados por la desincentivación que generan estas restricciones a la movilidad británica. Turisme e incluso el president Ximo Puig han mantenido diversas reuniones con representantes del Ejecutivo de Johnson, pero sin ningún éxito. «El patrón de movilidad y consumo del turista británico en la Comunitat no presenta diferencias con el de una isla. Está muy ligado a la permanencia constante en un territorio», añadió Colomer.

Así, el máximo responsable de Turisme anunció ayer que se está trabajando con el sector «para que en un futuro no tengamos que lamentar las grandes dependencias» con un solo mercado. Fuentes de su departamento confirman que el tejido empresarial está «abierto a explorar» otras opciones y que Colomer incluso anunció el plan en la última asamblea general de la patronal hotelera Hosbec. Aun así, matizan que esto no implica renunciar a Reino Unido, cuyos ciudadanos han demostrado su «fidelidad» a la Comunitat Valenciana pese a las barreras de los últimos años y que «seguro que volverán».

En todo caso, defienden que la diversificación es positiva y supone lanzar una red de seguridad que ya se probó efectiva tras la quiebra de Thomas Cook, porque el «monocultivo no es la mejor de las reglas de oro», explicó Colomer. «Entonces la Comunitat no sufrió tanto como otras autonomías porque ya nos habíamos abierto a otros turoperadores y no estaban todos los huevos en la misma cesta», añaden las mismas fuentes.

La nueva estrategia de Turisme busca echar el lazo a países con poca penetración turística en la autonomía, como Estados Unidos, y a aquellos con una elevada población y una clase media en expansión, como Rusia, China y otros asiáticos. Una apertura que deberá ir acompañada de una mejor conectividad aérea, todavía deficiente con estos destinos.

La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Gloria Calero, visitó ayer este viernes el recinto del Puerto de València para presentar la campaña de controles sanitarios ante la llegada de los primeros cruceros a la Comunitat Valenciana tras año y medio de parón. Este domingo llega el primer crucero a València, que en este caso es de una ruta nacional, y la primera semana de julio empezarán a llegar los cruceros de rutas internacionales. Calero subrayó que «todos los controles sanitarios están garantizados y el personal de Sanidad Exterior de la Delegación del Gobierno supervisará que los cruceros que lleguen cumplen con todas las medidas anticovid».

El objetivo principal de esta visita era supervisar las medidas que deberán poner en marcha los cruceros que pretendan realizar trayectos internacionales visitando puertos españoles, para la prevención de eventos relacionados con la emergencia sanitaria y llevar a cabo una gestión adecuada en caso de producirse. Calero explicó que no se va a permitir embarcar a ningún pasajero que presente síntomas compatibles con covid-19, que haya sido diagnosticado de coronavirus en los últimos 10 días, que tenga una prueba diagnóstica de infección activa positiva, o que sea un contacto estrecho de un caso.

El pasado mayo el personal de Sanidad Exterior ya participó en un simulacro internacional. «Tuvimos una prueba de fuego con los dos buques que llegaron a València con parte de la tripulación contagiada con la cepa india, que tanto preocupación nos genera. La delegación resolvió con éxito esa crisis sanitaria y no se produjo ningún brote entre la ciudadanía o personal del Puerto», recordó.

El protocolo establece que se deberán adoptar las medidas oportunas para limitar el contacto entre las personas. Para ello, se deberán establecer grupos de pasajeros y tripulantes, en la medida de lo posible, cada uno de los cuales tendrá horarios diferentes de comida, embarque y desembarque y participación en las actividades del barco, de tal manera que se produzca la menor interacción posible entre los grupos.

Los viajeros solo podrán consumir en establecimientos de la ciudad contratados previamente y únicamente podrá estar ese grupo burbuja en el interior del local. Si se detecta un caso a bordo, se deberá aislar al enfermo.

Impedirán desembarcar a pasajeros de cruceros con síntomas

Mañana domingo llega el primer buque con turistas tras año y medio de parón

r.c.v. valència

Francesc Colomer también cargó ayer contra el programa del Imserso que ha aprobado el Gobierno esta semana, al considerar que «no ha tomado la mejor de las decisiones» sobre este programa. El secretario autonómico y el sector entienden que se debían haber revisado las condiciones, porque actualmente no es rentable para las empresas turísticas. «Es un programa con dos almas, la social y la de mantenimiento de la industria», dijo Colomer, que entiende que la segunda no se cumple. «Hay que replantearlo porque descansa sobre las pérdidas del sector».

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