El precio de la luz está en unas cotas muy altas coincidiendo con el período más cálido del año. Nunca viene bien un encarecimiento del consumo de energía, pero ahora aparecen unas necesidades inherentes al verano, que pasan por hacer confortable nuestro espacio de trabajo o la casa, como enchufar el aparato de aire acondicionado o el ventilador durante horas. Eso trae un goteo continuo de euros que se pierden por ese sumidero que convive con nuestros ahorros, ahora bastante enclenques. Desde que empezó el mes de junio, las horas más caras se están pagando a algo más de 90 euros el megavatio/hora, sobrepasando en algunos momentos los 100 euros. Esto no se veía desde la borrasca Filomena, con tres cuartos del país hundidos en la nieve y temperaturas más propias de Siberia.

Ahora es normal llegar a los 35 ºC en muchas regiones del interior peninsular, y los 30 ºC del litoral son traicioneros, porque se combinan con altos niveles de humedad que nos hacen sudar tinta. También de noche, con las temidas temperaturas mínimas tropicales. Algunas de las horas de más calor coinciden con las bautizadas como “punta” por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, es decir, con aquellas en las que pagamos más por el consumo eléctrico. Concretamente, quedan encuadradas en dos períodos, el primero entre las 10 y las 14 horas; el segundo de 18 a 22 horas.

Con esta preocupación creciente, muchos han cogido la calculadora para estimar cuánto se encarecerá la factura con los electrodomésticos a pleno rendimiento. Yo he hecho mis cálculos en Meteored, quedándonos con el aire acondicionado. Para refrigerar una estancia de unos 20 metros cuadrados se necesita un aparato de entre 2000 y 3000 frigorías con una potencia nominal cercana a 1 kw/hora. Conociendo esto y el precio de la luz, podemos estimar que durante la madrugada el coste sería de 11 céntimos cada hora aproximadamente, unos días más y otros menos; el problema viene cuando hay que ponerlo en marcha por la tarde, algo habitual con la casa recalentada tras todo el día. En el tramo “punta”, un par de horas suponen invertir cerca de 40 céntimos. Haciendo un consumo racional del aire acondicionado al final del mes tendríamos que pagar algo más de 30 €.

No todo el mundo puede asimilar un incremento así en la factura, porque además del aire acondicionado o el ventilador están la nevera, la lavadora y la plancha. La luz es de primera necesidad y además en un clima como el nuestro, que se está extremando por el calentamiento global, poner el ventilador o un aparato de aire acondicionado no debe ser un lujo. El calor empeora las enfermedades circulatorias, respiratorias e incluso neurológicas, causando en España alrededor de 1300 muertes al año. Tan solo un 1% de esos fallecimientos es atribuible a los golpes de calor, el resto vienen por complicaciones de las mencionadas patologías.