Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana ha decidido finalmente rehabilitar «ocho o diez trenes» de la serie 3900, «aparcadas» desde 2012 por falta de dinero para instalar el sistema de seguridad de la circulación ATO (siglas en inglés de automatic train operation). El ATO es un sistema de conducción automática que aumenta la seguridad en las circulaciones, permite incrementar frecuencias o, incluso, la circulación sin conducción (aunque esta opción se descartó). El ATO se puso en marcha el 26 de marzo de 2011. Todos los trenes llevan una «preinstalación» del ATO, pero en 2012 al incorporar la última tanda de los trenes de la serie 4300 adquiridos por FGV se decidió retirar el ATO de los 18 convoyes de la serie 3900 fabricados por GEC-Alsthom en 1995 con la intención de venderlos y reinstalar el ATO en los trenes de la serie 4300.
Una operación comercial que fracasó por lo que los 18 trenes de la serie 3900 han languidecido en los talleres de Valencia Sud y Hermanos Machado.
Finalmente, el consejo de administración de FGV aprobó ayer la «propuesta de modificación del acuerdo de desafectación del servicio de las unidades de la serie 3900» para iniciar la rehabilitación de «ocho o diez de estas unidades» y la instalación del ATO.
El resto de convoyes se usarán «para completar el proceso de restauración de las que 3900 que se pongan en circulación y para el futuro mantenimiento de estos trenes», según confirman a Levante-EMV fuentes de FGV. El coste de rehabilitar cada tren de la serie 3900 costará «entre 4 o 5 millones». Adquirir un tren nueve asciende a 11 millones de euros.
El consejo de administración presidido por el conseller Arcadi España aprobó ayer las cuentas de 2020 que recogen 133 millones para gastos de explotación y 35,5 millones de euros. En 2020 los ingresos operativos se redujeron en 35 millones de euros, que suponen un descenso del 46,23% respecto a 2019
