Los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad intervinieron el pasado viernes en varios botellones en la Comunitat Valenciana, entre los que destacó uno con entre 200 y 300 personas en Xàbia y el desalojo de la plaza Honduras de València.

La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Gloria Calero, informó ayer de que las fuerzas y cuerpos de seguridad actuaron la noche anterior en varios puntos de la Comunitat Valenciana para impedir el consumo de alcohol en la vía pública y en playas, la mayoría de la provincia de Alicante, mientras que en Castelló no se han producido incidentes.

En Xàbia, en la comarca de la Marina Alta, la Guardia Civil, junto a patrullas de la Policía local, desalojaron entre 200 y 300 personas que se habían reunido para consumir alcohol en el paseo tenista David Ferrer, según explicó la Delegación del Gobierno en un comunicado.

El Instituto Armado también intervino en varios botellones localizados en El Campello, Muro d'Alcoi, Altea o Torrevieja, estos últimos con una menor afluencia de personas.

En València, la actuación más destacada se produjo en la zona de la plaza de Honduras, un punto de encuentro de ocio de la capital del Turia. La actuación de la Policía Nacional impidió el consumo de alcohol en la vía pública y la zona quedó despejada con la llegada del toque de queda, según la Delegación del Gobierno.

Gloria Calero destacó el trabajo de la Policía Nacional y la Guardia Civil para evitar la propagación del virus y anunció que se reforzarán los turnos de noche en los nuevos municipios con la movilidad nocturna restringida.

Buen tiempo y permisividad

Un clima favorable, una cultura y forma de ser que invita a socializar en la calle, el bajo poder adquisitivo de los jóvenes y la falta de medios policiales para hacer cumplir las normativas, explican que cada fin de semana se organicen botellones en cualquier localidad española, pese a que el coronavirus los ha puesto en el centro del debate como foco de contagio.

Manuel Herrera, doctor en sociología y docente del Máster Universitario en Intervención Social en las Sociedades del Conocimiento de la Universidad Internacional de La Rioja, ha explicado que el botellón como fenómeno sociológico está asociado a la cultura juvenil y surge en España a principio de los 90 como espacio de socialización al margen de los horarios reglados y los tiempos estandarizados.

En su opinión, en España ha calado profundamente por el clima y la permisividad con respecto al alcohol, «pero también por la mayor sociabilidad que tiene la juventud española, que es mucho más expansiva y abierta» que en países del centro o norte de Europa.

Señala también un componente fundamentalmente económico, ya que «los escasos recursos de los jóvenes les obliga a buscar espacios de diversión lejos de donde tengan que pagar por una copa unos precios que se salen totalmente de sus presupuestos». Asimismo, ve un «elemento cultural, porque es un espacio de compartir, un espacio generalmente nocturno».