La muerte de diez de los cincuenta burros introducidos en el Desert de Les Palmes hace apenas dos meses como medida de prevención frente al fuego ha llevado a flote la importancia de estos animales para prevenir los incendios en los parques naturales valencianos. ¿Pero cómo este equino puede actuar como bombero?

Los burros ejercen una labor de desbrozado natural del pasto. Cuando bajan su cabeza para comer, además de alimentarse, realizan otra labor fundamental para la supervivencia del medioambiente porque reducen el forraje, herbaje y cualquier tipo de material inflamable en fincas de toda la comarca.

De hecho, este verano ya hubo un pequeño incendio en una zona de difícil acceso el paraje del Desert de les Palmes, cerca de la ermita de La Magdalena. Solamente afectó a una escasa media hectárea de terreno entre los términos municipales de Castelló y Borriol, en la que ardió matorral, y fue provocado por un rayo.

Pero en verano de 1985 sí que hubo un incendio que destruyó completamente el paraje natural del Desert de les Palmes. Se calculó que ese fue sí quemó un total de 1.500 hectáreas de pinar y arbustos en el término municipal de Benicasim de las más de 3.000 hectáreas que comprenden esta zona de Castelló, protegida por Ley desde hace más de 20 años.

Por eso, para proteger estas joyas naturales, los asnos, a diferencia de otros mamíferos como las cabras y ovejas, eligen el pasto pero no muestran especial interés por las especies vegetales más sensibles, así que si sus rotaciones son rápidas, la riqueza vegetal no se ve afectada. La idea surgió al comprobar que tanto en Francia como en otras zonas de España, en Baleares y Madrid, este tipo de proyectos gozan de gran éxito.

Los burros son capaces de realizar cortafuegos en zonas de difícil acceso con el simple hecho de abrir la boca y comer. Un cortafuegos es un espacio de tierra que no posee ningún tipo de paso o arbusto para que no pueda propagar un incendio.