La posible plataforma de Yolanda Díaz podría reconciliar en un mismo ente electoral al ecologismo político. «Una iniciativa en torno a ella es muy potente y la ecología política necesitamos una alianza amplia de las fuerzas progresistas», expresa Julià Álvaro, líder de Alianza Verde en la Comunitat Valenciana, la pata verde de Unidas Podemos que surgió de la escisión de Equo, partido que decidió acudir con Íñigo Errejón a los comicios de otoño de 2019.
Aquella ruptura, no obstante, podría tener en la actual vicepresidenta y ministra de Trabajo la música con la que reconciliar las militancias políticas de antaño. «Lo vemos bien, con cariño e interés, porque sabemos que la emergencia climática traerá problemas sociales que pagará la gente más vulnerable y hay que sumar a toda la gente posible», incide Álvaro.
En ese «toda la gente posible» no descarta a los ex: ni a Equo ni a Compromís, donde estuvo al ser líder dels Verds y donde se fue tras varios roces con la dirección del partido, incluida Mónica Oltra. «No excluyo a nadie», remarca, «la voluntad es representar al 99 % frente al 1 %, hay que abandonar el marco de partidos del sistema y generar un marco donde el ecologismo es el único que puede plantear un modelo alternativo al capitalismo depredador».
La diferencia, no obstante, admite que es notable respecto a países como Alemania donde los Verdes, en solitario, sin coaliciones ni añadidos, son la tercera fuerza. «Llevan 50 años como partido, aquí hasta hace cuatro días el ecologismo no tenía brazo político», expresa al tiempo que complementa: «Aquí hay cierta fuerza social, pero está muy dividida y no se concentra».
El debate de las posibles alianzas electorales coincide con la COP26 de Glasgow, una cumbre de la que señala «una gran frustración» porque no saldrá «prácticamente nada» en cuanto a acuerdos y acciones concretas. En este sentido, el hoy asesor en la Vicepresidencia Segunda del Consell considera que desde la Comunitat Valenciana, «una zona especialmente sensible a los efectos del cambio climático», se debería «reclamar celeridad en las medidas e incidir en lo que no se está haciendo».
