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Blanquear a Vox para pactar con Vox

Mazón allana el camino para una alianza con la extrema derecha y asegura que nunca ha escuchado al partido de Abascal negar la violencia de género

Concentración en las Corts por el último asesinato machista con Vox desmarcándose. | LEVANTE-EMV

Blanquear a Vox para pactar con Vox. Es la estrategia por la que ha decidido apostar el nuevo PP valenciano que preside Carlos Mazón. El responsable popular y jefe de la Diputación de Alicante tiene asumido que sus opciones para presidir la Generalitat pasan por apoyarse e incluso integrar en un futuro gobierno al partido de Santiago Abascal en su versión valenciana. De ahí que para hacer digerible una eventual alianza, se ha propuesto dulcificar a un partido con evidente ideología de ultraderecha en temas como la migración, el aborto o la violencia de género y cuyas propuestas deberían de poner en un auténtico aprieto a un partido que el propio Pablo Casado califica como moderado, reformista y liberal-conservador.

Los populares valencianos llevan tiempo tratando de normalizar a un partido que detesta la organización territorial de España y la existencia de las autonomías, pero Mazón ha dado estos días un paso más al tratar de justificar a Vox en su mensaje negacionista de la violencia de género. En una reciente entrevista en El País, Mazón asegura que no había escuchado a nadie de Vox negar la violencia de género, una afirmación que ha generado gran rechazo en las redes sociales pues supone negar algo que es obvio y notorio.

Como apunta la responsable de Igualdad del PSPV en las Corts, la diputada Rosa Mustafá, no hay más que escuchar dos segundos a la diputada Ángeles Criado en la comisión de Igualdad del Parlamento valenciano para escuchar este discurso negacionista. Para Vox, y así consta en sus documentos electorales, hay que derogar las leyes de género (entre ellas, la ley de igualdad y la de violencia de género) y toda norma «que discrimine a un sexo de otro».

Los de Abascal mantienen que no existe una violencia estructural hacia las mujeres y sólo admiten la existencia de la intrafamiliar, es decir, la que se ejerce dentro del ámbito familiar y que afecta a todos sus miembros con independencia del sexo. Pasando incluso por encima de la evidencia estadística, Vox no ve necesario una norma que dote de protección a las mujeres, porque considera que ellas están igual de expuestas que sus compañeros varones.

Es más, Vox criminaliza a las organizaciones feministas a las que considera responsables de avivar una supuesta guerra de sexos. En todo caso, tampoco es necesario leerse el programa electoral para llegar a esta conclusión.

Desde que Vox está en las Corts se han dinamitado las declaraciones institucionales contra la violencia machista con motivo del 25N y es obvio que Vox nunca se sumará al pacto valenciano, en el que sí está el PP, que contiene medidas transversales para proteger a las víctimas y derrumbar el sistema patriarcal y el caldo de cultivo que genera la violencia machista.

Unos días después de que Mazón hiciera estas declaraciones, el último asesinato machista en la Comunitat Valenciana propició otra prueba gráfica de dónde está Vox y dónde el resto de fuerzas ante esta lacra. Mientras representantes de todas las fuerzas políticas de las Corts (PSPV, Compromís, Unides Podem, PP y Ciudadanos) se manifestaban frente a las Corts con una pancarta en contra de la violencia machista, Vox, en una esquina, lucía otra con el siguiente lema: «La violencia no tiene género». Y por si hubiera dudas en su nota de prensa se aclaraba los motivos de su protesta: «Hemos asistido, pero como siempre nos situamos al margen de su pancarta discriminatoria, porque la violencia no tiene género».

No es la primera vez que Mazón intenta normalizar sus relaciones con Vox. De hecho, desde hace algún tiempo anima a superar los «prejuicios» sobre este partido que, además, pone en el mismo plano que Compromís. «Si soy capaz de pactar con Compromís en la Diputación de Alicante, cómo no me voy a sentar con Vox», ha comentado en alguna ocasión.

Mazón presume de liberal y de ser un político dialogante y de miras abiertas. En teoría poco conservador. Además, en su estrategia no sólo está atraer a aquellos que huyeron a Vox. También ha hecho guiños al electorado situado en el centro ideológico. Pero, además, Mazón no quiere renunciar a captar el voto más progresista o aquel comprometido con causas propias de la izquierda como el propio feminismo o la lucha por los derechos del colectivo LGTBI. De hecho, uno de sus primeros actos como aspirante a presidir el PP fue un acto en Paterna para defender los derechos del colectivo LGTBI y defender la «libertad para amar». Recordó entonces que el PP, cuando él era director general del Instituto de la Juventud en tiempos de Eduardo Zaplana, promovió la ley de parejas de hecho en la Comunitat Valenciana.

La posición de Vox, sin embargo, no es precisamente favorable a las leyes aprobadas para evitar la discriminación a este colectivo. De hecho, allí donde está apoyando gobiernos del PP, pide derogar estas normas. En las Corts, se han registrado iniciativas para conocer las subvenciones.

Discursos que atacan las bases de la convivencia

La posición de Vox en asuntos como la violencia de género o el colectivo LGTBI no son las únicas en las que tensan los límites de la convivencia. Tanto a nivel nacional como autonómico, el partido de Abascal está abonado a un discurso radical en cuestiones como la vinculación de los menores extranjeros no acompañados con la delincuencia o la propuesta de ilegalizar partidos independentistas. Son aspectos que hacen muy complicado el intento del PP de blanquear al partido de la ultraderecha.

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