La movilización convocada por los sindicatos estudiantiles Acontracorrent (el único que tiene representación en la Universitat de València, aunque de forma minoritaria, pues solo tiene 3 de 75 claustrales), Estudiantes en Movimiento y Frente de Estudiantes que se ha celebrado esta tarde en la universidad para protestar sobre la reforma educativa que plantea el Gobierno, ha evolucionado en un encierro del estudiantado participante y de los sindicatos estudiantiles en la Facultad de Geografía e Historia de la Universitat de València (UV).
Ahora mismo, después de la concentración, se ha tomado la decisión de entrar en el edificio y pasar la noche para reivindicar su desacuerdo con la reforma. En la acción participan, de momento, unas cuarenta personas, según fuentes de la organización estudiantil.
El encierro plantea, además, "actividades como talleres de pancartas o micros abiertos" para protestar por lo que consideran "la adaptación del sistema educativo a las necesidades del mercado y los intereses privados".
Esta protesta se suma a la huelga general convocada este jueves a nivel nacional por el Frente de Estudiantes y Estudiantes en Movimiento, a la que se ha sumado también CC OO, y que ha tenido un seguimiento desigual en la Comunitat Valenciana, más numeroso en las facultades de la avenida Blasco Ibáñez, según los convocantes, aunque no hay datos oficiales de la Generalitat ni de las universidades.
La Assemblea General d'Estudiants espera más información para posicionarse
En la Comunitat Valenciana se han adherido a la huelga los sindicatos estudiantiles Acontracorrent, Estudiants en Moviment, el Front d'Estudiants y CCOO, pero no lo han hecho órganos de representación como la Assemblea General d'Estudiants (AGE) de la Universitat de València, que ha informado que están a la espera de conocer y posicionarse sobre el nuevo borrador de la LOSU. De la misma forma que, según varias fuentes indican, tampoco han hecho los sindicatos mayoritarios Saó, Unió y el BEA.
Las protestas convocadas este jueves pretenden ser un "paso más" después de las movilizaciones estudiantiles del 18 de noviembre, "que supusieron una primera respuesta unitaria a la LOSU y la LCU", según los convocantes. Denuncian la adaptación del sistema educativo a "las necesidades del mercado y los intereses privados", en las negociaciones de la Ley de Formación Profesional, la futura Ley Orgánica Sistema Universitario (LOSU) y el texto ya aprobado de la LOMLOE (ley Celaá)".
En cuanto a las enseñanzas medias, advierten de que "la ya aprobada LOMLOE se constituye como una ley continuista, maquillando los aspectos más controvertidos de la LOMCE, pero desarrollándose en las mismas coordenadas privatizadoras".
"Mano de obra estudiantil infrarremunerada"
En Formación Profesional, añade el movimiento estudiantil, el proyecto de ley orgánica "generaliza, a través de la modalidad dual, la disposición por parte de las empresas de mano de obra estudiantil infrarremunerada", mientras que en la universidad, "la LOSU avanza en la mercantilización educativa reforzando el papel de las empresas en diferentes planes".
Asimismo, reclaman una reducción de ratios a 20 alumnos por aula, la democratización de la universidad y la paralización de la Ley de Convivencia universitaria que consideran una "mordaza más" a la participación universitaria al introducir sanciones a las protestas.
Por todo ello, piden la paralización de la Ley Orgánica del Sistema Universitario Español (LOSU) y la derogación de la Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional (LOOIFP) y de la LCU, y que las próximas leyes orgánicas de la Universidad, FP y Enseñanzas Medias tengan en cuenta las propuestas de las asambleas y sindicatos.
