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La mitad de la población soporta un ruido por el tráfico superior a lo recomendable

Un estudio revela que catorce municipios valencianos de los más poblados registran niveles por encima de lo que aconseja la Organización Mundial de la Salud con Mislata, València, Elda, Castelló o Gandia entre los obligados a reducir los decibelios

Atascos y colas de coches en el centro de València M.A. Montesinos

Catorce localidades valencianas, entre más de setecientas europeas, soportan un ruido por encima de lo que recomiendan las autoridades sanitarias debido al tráfico rodado. En total, son más de 2,2 millones los ciudadanos afectados. La mitad de los que habitan en la Comunitat Valenciana. Como ejemplo, el de Mislata, donde un 95 % de la población está expuesta a niveles acústicos que son perjudiciales para la salud. En la misma línea aparece València, con un 86,40 % de «damnificados» por este tipo de contaminación ambiental.

Según el estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), publicado en la revista Environment International, casi sesenta millones de europeos sufren cada día una exposición de decibelios superior a lo que considera saludable la Organización Mundial de la Salud (OMS). El ISGlobal es un centro impulsado por Fundación la Caixa que viene centrándose en los últimos años en el impacto de los vehículos sobre la calidad de vida en las urbes de determinado tamaño. Gandia, Alcoi, Paterna, Benidorm, Sagunt o Torrevieja aparecen todas con al menos el 70 % de sus vecinos sometidos a más de 52 db Lden.

Localidades como Sant Vicent del Raspeig, Torrent o Alicante tienen más del 60 % de su población afectada también. De los municipios valencianos estudiados, solo Elx rebaja esas cifras tan preocupantes, con quejas del 29 % de sus moradores. Entre las enfermedades asociadas por cláxones, frenazos, motores o el vuelo de aviones, están la ansiedad, la sordera, los trastornos del sueño, la alteración de la conducta, la hipertensión, o las enfermedades del corazón. También empieza a estudiarse ahora su relación con la diabetes y la obesidad.

El trabajo incide en que si se cumplieran las indicaciones de la OMS en este apartado, cada año se podrían evitar más de 3.600 muertes por cardiopatía isquémica. Y muestra también el tanto por ciento de población que acusa las molestias del ruido. En el caso de Mislata, hasta un 21,20 % se confiesa influida en su día a día. La historia se repite en Castelló de la Plana (17,70 %), València ciudad (16,40 %) o Elda (15,40 %).

En el documento se subraya que debido a la heterogeneidad de los datos disponibles y a la falta de calidad de los mapas de ruido de muchas urbes europeas, los resultados no son comparables entre sí. Por este motivo, los investigadores no han llevado a cabo un ranking y los resultados se presentan por orden alfabético.

La Directiva europea sobre las molestias ambientales es muy clara y conmina a los estados miembros a elaborar cada cinco años radiografías lo más completas posibles de las principales carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y aglomeraciones urbanas. Además, los países han de calcular el número de personas afectadas por cada fuente emisora, así como desarrollar medidas preventivas para reducir la exposición, especialmente en aquellos puntos donde puede tener efectos perjudiciales.

La principal queja de los colectivos ecologistas, asociaciones de consumidores y de vecinos orbita alrededor de la ausencia de una normativa común sobre los niveles máximos permitidos, que evitarían actuaciones individuales. En cualquier caso, las principales medidas pasan por priorizar el transporte público y la movilidad sostenible, sustituyendo el espacio motorizado por zonas verdes. Disminuir los límites de velocidad, con la transición hacia las denominadas ciudades 30, es otra de las opciones. València es un claro ejemplo de esa apuesta.

Zonas de bajas emisiones

La planificación urbana no pasa solo por las cuestiones que afectan al tráfico rodado. Han de contemplarse también cuestiones como la instalación de pavimento sonoreductor, que absorbe el impacto de los neumáticos. Las catorce localidades valencianas con exceso de ruido coinciden con las señaladas por el Ministerio para la Transición Ecológica para establecer Zonas de Bajas Emisiones. Una normativa que afectará en España a 140 consistorios. El objetivo es recortar los gases de efectos contaminantes un 20 % respecto a 1990.

Estas ZBE son una de las vías más efectivas para actuar sobre la polución atmosférica al rebajar las partículas finas como el dióxido de nitrógeno. València ha ido dando pasos en este sentido al eliminar el tráfico oportunista en el centro histórico con un sistema de cámaras de identificación de matrículas en varios puntos de accesos. Algo que limita el paso solo a los turismos de residentes.

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