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Análisis

Un año cargado de minas a la espera de la recuperación

Faltan justo 12 meses para elecciones. La experiencia dice que las diferencias en el Botànic se agudizarán, con la situación de Oltra como peligro y el riesgo de un deterioro económico global

Martínez Dalmau, entre Ximo Puig y Mónica Oltra.

Si no hay sorpresivo adelanto electoral, justo hoy dentro de un año unos políticos estarán saltando de alegría aún con la resaca electoral y otros empezarán a buscar argumentos justificativos. Los partidos han encendido pronto sus maquinarías, pero tras una legislatura con dos crisis consecutivas sin resolver del todo el año que aparece por delante es un territorio lleno de incertidumbres.

La primera, y posiblemente más importante, es el alcance de una recuperación social y económica que se ha iniciado, pero que no alcanza las intensidades anunciadas. Es evidente que una aceleración del crecimiento si se despeja el panorama de crisis favorecería las expectativas de la izquierda valenciana en el gobierno. Pero por ahora la pandemia de la covid continúa afectando fuerte a continentes y la guerra en Ucrania ha entrado en un periodo de estabilización preocupante. El primer ministro italiano vaticinaba esta semana una crisis alimentaria de «condiciones gigantescas» ante el cierre del granero ucraniano. Con la economía china en señales de gripaje y el aumento desproporcionado de los precios de la energía, las amenazas de un freno a la ansiada recuperación son diversas. Algunos economistas contemplan una crisis en los próximos meses si estas coordenadas se mantienen. Las repercusiones sobre la reactivación y las expectativas electorales serían muy importantes. Llegar a las urnas en un escenario de crecimiento o crisis cambia casi todo.

Pero si lo más negro no pasa, la potencia de la reconstrucción dependerá a su vez del vigor de entrada de los fondos europeos Next Generation. El Consell de Ximo Puig ha conseguido tomar la delantera a otros territorios con la pica en Sagunt de uno de los grandes proyectos de futuro: la gigafactoría de baterías para vehículos eléctricos. Pero la Administración ha de demostrar en los próximos meses si es capaz de canalizar con agilidad la tramitación y consolidar el discurso del momento (valenciano) de las oportunidades.

Está por ver además si, como algunos analistas (más pesimistas) presumen, la entrada de fondos de la UE va acompañada de exigencias de reformas de calado al Gobierno español en la estructura económica. Cambios fuertes en el sistema de protección español podrían causar una inestabilidad política inesperada en los próximos meses y alterar muchos planes. En el terreno estatal está por ver además la evolución de la inflación, un fenómeno de traslación directa a los bolsillos y de efectos sociales y políticos veloces.

En el escenario político, dentro de un año Alberto Núñez Feijóo no será ya un recién llegado. El clima actual de optimismo en la derecha habrá que ver dónde está. El elemento que va a jugar más en ese ‘efecto Feijóo’ es la relación con la ultraderecha. Se empieza a ver en Castilla y León. Y Andalucía va camino de un gobierno con los mismos bastidores (con Vox). Esa será la hoja de servicios con la que se presentará, sin dudas, en la C. Valenciana, que aparece como el próximo gran objetivo del PP para asegurarse la Moncloa tras dominar en Madrid y Andalucía.

La lógica y la experiencia indican que las diferencias en los socios de la izquierda valenciana se van a acentuar en estos doce meses en busca de marcar perfil propio ante el electorado. Está la incógnita de cómo se presentará la izquierda más pura, sumida en un proceso dubitativo y belicoso de integraciones. De momento, las encuestas señalan que el bloque de izquierdas aguanta tras dos crisis. En lo más cercano, además de casos judiciales por dilucidar, como Alquería, el enigma es el futuro de la vicepresidenta Mónica Oltra si finalmente pasa a la categoría judicial de investigada. La presión política sobre ella, su partido (Compromís) y el propio Puig sería elevada y con las urnas ya cerca. Esa nube va a marcar más que otras el próximo ciclo meteorológico en la política valenciana.

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