Las copiosas y excepcionales lluvias que precedieron a la primavera se traducirán a partir de la semana que viene en desembalses del sistema Júcar, que beneficiarán al lago de l’Albufera. La llegada de un caudal ambiental de 1m³/s no solo garantiza la biodiversidad del humedal, sino que la entrada de agua dulce en el vaso ayudará a neutralizar la salinización. El avance de la intrusión marina, como confirman los piezómetros sobre todo en la parte norte de la laguna, se ha revelado en los últimos años como el gran enemigo del parque natural.
El anuncio de la Confederación Hidrográfica del Júcar fue ayer muy bien recibido por el Ayuntamiento de València y la Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica. Los cálculos apuntan a unos 15 hm3 mensuales para l’Albufera durante todo el verano hasta el mes de octubre. Desde el Servicio Devesa-Albufera se incidía en que la entrada de esta agua, de enorme calidad, supondrá una renovación importante del enclave. Casi un regreso al régimen hídrico histórico de hace décadas. «Estamos hablando de mucha agua, que aliviará, limpiará todo el ecosistema y frenará la cuña salina», apuntaba su director Joan Miquel Benavent.
Proteger las poblaciones
En estos momentos hay más de 200 hm3 en Tous que hay que aliviar para llegar a la campaña de lluvias con un resguardo estacional solo de 73 hm3. Circunstancia que permite en caso de avenidas por precipitaciones torrenciales que la infraestructura hidráulica pueda laminar, protegiendo a las poblaciones situadas debajo de la presa.
El programa de suelta de aguas, acordado en una junta extraordinaria de gobierno del organismo de cuenca, empezará con ese envío de 1m3/sg que circulará por el canal Júcar-Túria hasta el barranco de Picassent. De ahí irá hasta la laguna. Desde la confederación se apunta que se hará «el oportuno seguimiento y control de las posibles afecciones». Envío que se podrá revisar, remarcan los técnicos.
Alarcón y Contreras almacenan 930 hm3 entre ambas, soltando únicamente el caudal ecológico. Tous, mientras, registra un volumen en torno al 70 % de su capacidad, capaz de atender las demandas de la campaña. La CHJ incide en que se constatan «importantes aportaciones al río Júcar, que se vienen produciendo en el tramo bajo» por desembalses Bellús (río Albaida) y Forata (río Magro).
