Los Premios Rei Jaume I nacieron hace más de tres décadas para favorecer el acercamiento científico y empresarial bajo el noble objetivo de promover la investigación y el desarrollo de la ciencia en España. El próximo 25 de noviembre tendrá lugar la tradicional ceremonia de entrega de reconocimientos, que este año presidirán los Reyes de España, Felipe VI y Letizia

Javier Quesada, presidente ejecutivo del certamen, reflexiona sobre el desarrollo de la investigación científica y su concepción social, así como de la inversión en I+D+i, en el marco de la celebración del certamen. 

P: La génesis de los premios fue visibilizar y reconocer la ciencia de forma transversal. ¿Cómo valora este objetivo poniéndolo en perspectiva?

 R: Hace 40 años la ciencia en España no estaba suficientemente defendida. Decía Ramón y Cajal que el país era un páramo por no hacerle el caso que merece. A lo largo de estos 34 años las cosas han evolucionado a mejor, ya se sabe que la ciencia es la llave del progreso

El objetivo de los Premios Rei Jaume I está cumplido, pero hay que insistir en que, habiendo mejorado las cosas, la ciencia todavía no ocupa el lugar que debería para nuestro nivel de desarrollo

P: La pandemia sí fue un factor disruptivo…

R: Nos dimos cuenta de que sin vacuna la humanidad estaba corriendo un riesgo tremendo. Esta prosperó en los países en los que la ciencia está apoyada firmemente, tanto desde el sector público como desde el privado.

P: El jurado está compuesto por destacadísimas personalidades del mundo académico como son premios Nobel. ¿Cuál cree que es el principal atractivo de esta cita para todas ellas?

R: Parte de la carrera científica es la evaluación y estos premios son un reflejo de ello. Lo que sí sabemos es que nos dicen que las candidaturas mejoran. Eso nos da una satisfacción inmensa que demuestra que España ha cambiado, como su proceso de internacionalización

P: Esta edición del certamen presenta diversas novedades y atestigua una gran pérdida, pues es la primera que se celebrará sin la presencia de su presidente fundador, Santiago Grisolía. Cuéntenos algunos detalles de la cita. 

R: Va a ser el primer año sin su presencia, pero va a estar presente igualmente. Realizaremos un acto específico en su honor para agradecerle no solo la idea inicial, sino también su actitud impenitente de defensa de la ciencia en España.

Es merecido el homenaje porque, realmente, ha dejado unos premios de muchísimo prestigio y, sobre todo, muy independientes. Los jurados actúan con entera libertad.

P: La inversión en I+D en la Comunitat Valenciana se sitúa por debajo de la media nacional y llama la atención, específicamente, la reducida participación del sector empresarial, tan solo un 46 % del total frente al más del 76 % del País Vasco. ¿A qué lo atribuye?

R: Las causas se sitúan en diferentes variables. Una de ellas es la dimensión de la empresa, que en la economía valenciana, aunque ahora ya contamos con grandes mercantiles —muchas desarrolladas alrededor del clúster del automóvil y de la agroalimentación con los impactos de Consum y Mercadona sobre sus proveedores—, sigue siendo eminentemente pequeña y, por lo tanto, invierten menos en I+D que aquellas más grandes. 

Por otro lado, la especialización productiva no favorece la inversión, como tampoco ayuda la edad de la empresa. Estas características explican que en la Comunitat Valenciana haya menos implicación, pero sí es cierto que la situación está mejorando y hay que destacar las dos cosas. 

Quesada defiende el legado de Santiago Grisolía por su "impenitente defensa" de la ciencia. GERMÁN CABALLERO

P: Estos premios valencianos destacan por su consolidado prestigio a nivel nacional pero, pese a ello, València no encabeza el mapa de capitales científicas del país, aunque se acerca. ¿Cómo se podría revertir esta dualidad?

R: Es cierto que la Comunitat Valenciana no lidera la inversión en I+D+i, pero ayuda a visibilizar la importancia que tiene la ciencia y el emprendimiento en el progreso de la sociedad a través de los Premios Rei Jaume I

Esa dualidad que mencionas no es una tarea a resolver a corto plazo, sino a medio y largo. Ahí sí se observa el progreso de la autonomía, sus universidades están bien situadas en el ranking nacional e internacional y sus empresas crecen en atención a la innovación. Creo que tenemos un futuro muy esperanzador. 

P: Trasladar la ciencia de un principio teórico a una realidad práctica la vincula estrechamente al sector empresarial, que también reconocen en este certamen. ¿Las empresas son, en este punto, aliadas o desventajosas?

R: El horizonte es distinto en la empresa y en la ciencia, que evoluciona a largo plazo. Las empresas no pueden abordar periodos tan largos de tiempo, parecen impacientes, pero tienen que pagar nóminas mensualmente

En realidad, hay poca información previa. Muchas veces, desde el ámbito empresarial, hay un profundo desconocimiento sobre el trabajo de investigación de las universidades, que a su vez tampoco saben muy bien qué se hace en las empresas. La clave es acercar estos dos mundos. Lo que no se conoce no se puede explotar

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"Jaume's", una hamburguesa con sabor a paella para acercar la ciencia a los jóvenes Germán Caballero

P: En una entrevista reciente afirmó que “la verdad científica no es democrática porque no está sujeta a votos, sino a reglas muy concretas”. ¿En qué fallamos los medios de comunicación al divulgarla?

R: A veces se sobrerreacciona porque no se tamiza la autoridad de las personas que se pronuncian sobre temas científicos. No se derrota a la verdad con una generalización, pero yo no lo criticaría. 

Los medios de comunicación frente a las redes sociales añaden criterio. Para ello, debe haber una relación fluida entre los y las científicas, los empresarios y los propios medios para evitar vacíos en los que se puedan colar estereotipos y falsedades

P: ¿Le gustó la hamburguesa Jaume’s de paella valenciana?

R: [Ríe] Me gustó mucho porque sabe realmente a paella. Nos ha parecido una idea muy innovadora que, además, también percute en la juventud.