La rosa valenciana que puede convertirse en el nuevo símbolo del Camino de Santiago

Un peregrino alemán siembra las diferentes rutas documentadas hasta Santiago de Compostela

Rosa valenciana de la variedad Castell d'Alaquàs, con la que el peregrino alemán quiere marcar el Camino de Santiago.

Rosa valenciana de la variedad Castell d'Alaquàs, con la que el peregrino alemán quiere marcar el Camino de Santiago.

I. R./Efe

Norman Sinclair es un médico y biólogo alemán de 72 años al que su afición a la botánica le llevó a adquirir una floristería tras su jubilación y que, en la actualidad, dedica la mayor parte de su tiempo a recorrer los distintos caminos de Santiago sembrando a su paso una rosa de la variedad Castell d'Alaquás. Esta flor le "fascinó" cuando la descubrió en Valencia y ha sido él quien la ha bautizado como la "rosa peregrina".

Hace más de cuatro años que este alemán de ascendencia venezolana hijo de un filipino y de una española, inició el proyecto de plantación de esta variedad de rosa en los distintos caminos hacia Santiago de Compostela. Desde entonces, ha plantado cientos de ellas desde Alemania hasta la capital gallega.

Según ha explicado él mismo, en 2023 centra sus esfuerzos en el Camino Lebaniego y en la ruta que documentó el monje alemán Hermann Küning von Vach con una guía escrita en su idioma en el tramo final de la Edad Media. De hecho, esta semana la dedicará a plantar decenas de rosas en la comarca leonesa del Órbigo y en la provincia de Lugo.

Junto a él estarán Arnau García Ferrer, gerente de Viveros Ferrer, con sede en Chiva, empresa puntera a nivel mundial en la creación de rosas a través de la hibridación, y del periodista y escritor Tomás Álvarez, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Künig, que le asesora sobre la ruta que siguió en la Edad Media el monje alemán para llegar a Santiago.

La rosa Castell d'Alaquàs

"Cuando hace algo más de cuatro años visité los Viveros Ferrer para comprar rosales para mi floristería -explica Sinclair-, descubrí la variedad de rosa Castell d'Alaquàs. La había creado Matilde Ferrer y me llamó mucho la atención lo sumamente llamativo que es su color, que surge de una planta blanca originaria de Californiay otra sevillana de color rojo intenso".

El resultado de esta hibridación es una rosa de un "singular" e "intenso" color rosa que Sinclair quiere convertir "es un nuevo símbolo del Camino de Santiago". Su objetivo, añade el alemán, es que "con los años", este símbolo "llegue a ser tan conocido y reconocible como la cruz, la concha o la flecha".

Sinclair comenzó a peregrinar en 2009 cuando llegó a Santiago desde Sevilla a través de la Vía de la Plata. Desde entonces, ha recorrido casi 6.000 kilómetros a través de las distintas rutas jacobeas. Hace cuatro años, decidió que tenía que "llenar" el Camino de Santiago con esta rosa tan "singular" y, por eso, plantó las dos primeras en Turégano (Segovia).

"A partir de entonces las rosas peregrinas se han ido multiplicando como si tuvieran vida propia y ya hay casi cuatrocientas sembradas tanto en Alemania como en España, 75 de ellas en el Monte do Gozo. Estas últimas pretenden ser un símbolo del recibimiento que Santiago da a los peregrinos que culminan el Camino", refiere Sinclair, quien ha promovido la colaboración entre las asociaciones alemana y española que quieren difundir y poner en valor el legado del monje medieval.

El gerente de Viveros Ferrer, por su parte, explica que fue su madre la creadora de esta rosa después de un proceso de casi 12 años de trabajo. Al mismo tiempo, precisa que cada año realizan entre 5.000 y 10.000 hibridaciones, de las que solo una o dos acaban en una nueva variedad por sus condiciones de color, sanidad y resistencia.

"La variedad Castell d'Alaquàs, en concreto, es fascinante y su elección como rosa peregrina por parte de Norman Sinclair es muy acertada porque tiene la particularidad de que la flor tiene un color rosa con mucha luz, casi fluorescente, que es ideal para marcar porque se ve desde la lejanía al contrastar con el resto de colores de forma acusada", destaca Arnau.

Además, pese a ser una planta de flor simple florece todo el año, es superresistente y tiene un vigor impresionante, comenta. Se trata de un proyecto "emocionante" para su familia, además de agradecer el esfuerzo desplegado por el peregrino alemán para darla a conocer.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Künig subraya que Norman Sinclair no sólo planta rosas, sino que peregrina fomentando la convivencia de las gentes y los países.

"Lo primero que hizo en nuestro encuentro personal -resume Álvarez- fue entregarme una carta de Martin Müller, alcalde de la ciudad de Vacha, de donde procedía el monje alemán del siglo XV, autor de la guía del peregrinaje, en la que transmitía su gratitud a nuestra asociación de Amigos del Camino de Künig, por nuestro trabajo en el fomento de la cultura y de acercamiento de los pueblos".

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