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La mascarilla decae pero no el veto al tabaco en las terrazas a la espera del nuevo Consell

Sanidad explica que la prohibición de fumar en estos espacios se mantiene «hasta que se legisle en contra» pese a que se ha declarado el fin de la crisis sanitaria

Mazón avanza que no tomará ninguna decisión sin pactar primero con la hostelería

La mascarilla decae pero no el veto al tabaco en las terrazas a la espera del nuevo ConsellDaniel Tortajada

Desde ayer ya no es obligatorio usar la mascarilla cuando vamos a centros de salud, hospitales o farmacias pero sí altamente recomendable, sobre todo si tenemos síntomas respiratorios. El BOE lo hacía oficial ayer en una orden en la que, además, se declaraba por finalizada la crisis sanitaria por la covid-19 más de tres años después. Con la norma publicada, se da por hecho que toda España deja atrás todas las restricciones que se tomaron al calor de la crisis sanitaria pero, al menos en la Comunitat Valenciana, esto no es así. Queda en vigor una norma, además de las más polémicas, que se tomó con esta justificación y que aún continúa vigente: la prohibición de fumar en las terrazas de los bares y restaurantes de las tres provincias.

En otras comunidades autónomas se ha dado por hecho que, al decaer la crisis sanitaria y con la orden que así lo dicta ya en vigor, decaen también las diferentes restricciones que los gobiernos autonómicos pusieron en marcha para evitar la propagación de la covid y la de no fumar en las terrazas debería estar entre ellas. Sin embargo, fuentes de la Conselleria de Sanidad explicaron ayer que la norma sigue vigente y que pese a la orden el Consejo de Ministros ha dado por terminada la crisis por la covid-19, realmente la prohibición de fumar en las terrazas sigue en pie hasta que no haya otra norma autonómica que la revoque.

"Mientras no se publique una nueva resolución que anule este punto, esta seguirá vigente", informaron fuentes de Sanidad.

Desde agosto de 2020

Encenderse un cigarrillo en la terraza de un bar valenciano sigue pues, estando prohibido y lo está desde hace casi tres años ya que fue en agosto de 2020 cuando se adoptó el veto (firmado por la entonces consellera Ana Barceló) como parte de las medidas para mitigar el contagio en el primer verano de desescalada. Los expertos ya estaban haciendo hincapié en que el virus permanecía en el aire al ser expulsado y que el humo de los cigarrillos podría ser una vía de transmisión del virus para las personas de alrededor.

Con esta base, se adoptó la medida que desde entonces, los clientes de los bares han seguido con más o menos celo. Los hay que se levantan de la mesa y se apartan para fumar y los hay que, desde un principio, han hecho caso omiso. Conforme han avanzado los meses y la pandemia bajaba de intensidad, el veto ha sido más discutido (y menos observado) tanto por el sector de los restauradores como por parte de los fumadores y usuarios. De hecho, han sido múltiples las voces que, especialmente este año, se han preguntado cuándo se iba a derogar estando, como se está, en un estado de normalidad.

Un sanitario atendiendo a una paciente, ambos sin mascarilla, ayer en el centro de salud de Alfahuir.

Puig defendió que es una cuestión "de salud pública"

El president de la Generalitat, Ximo Puig, ahora en funciones, dejó entrever una de las últimas veces que fue preguntando que había intención de alargar la prohibición ya que, más allá de que la decisión se hubiera implantado en un contexto de pandemia, lo que estaba en juego era la "salud pública" aunque entendía las quejas de los restauradores. Desde ese agosto de 2020, la norma ha ido teniendo matices. Primero se pedía al menos una distancia mínima de 2 metros para encenderse un cigarrillo pero la última resolución que está en vigor simplemente veta "fumar en las terrazas" (también vapear) sin tener en cuenta si se está más o menos cerca de la mesa contigua.

Lo que ayer no avanzaron desde Sanidad, cuyos gestores están en funciones a la espera de la entrada del nuevo gobierno surgido tras el 28M, es si esta nueva resolución se iba a tramitar en la semana escasa que resta de gobierno del Botànic o será una de las primeras cosas que el gobierno de Carlos Mazón tenga sobre la mesa una vez entre en el Palau de la Generalitat.

Mazón escuchará a los hosteleros

El próximo presidente de la Generalitat daba ayer por hecho que le tocará a su equipo tomar esta decisión pero que no se iba a hacer "sin escuchar al sector". "En este asunto vamos a hacer algo bastante distinto a lo que ha ocurrido hasta la fecha y es que cualquier decisión que tomemos, con referencia especialmente a la hostelería, la tomaremos con la hostelería no contra la hostelería, es decir, la tomaremos después de haber escuchado al sector, no sin escuchar", aseguró ayer al ser preguntado al respecto. .

Con todo, Mazón pidió calma ya que todavía no había tomado posesión del cargo y había que ser "respetuoso" con los plazos. "Creo que es lo mínimo que se me puede exigir", añadió.

"Al vernos a nosotros, se las quitan"

La retirada de la prohibición de las mascarillas sí que entraba ayer en vigor en todo el territorio nacional sin necesidad de trasponer ninguna orden y se notó en farmacias, centros de salud y hospitales. "Están entrando casi todos sin mascarillas pero algún despistado entra con ella y, al vernos a nosotros, se las quitan", explicaba un boticario de la capital a este diario. En los centros de salud y hospitales valencianos se podía ver de todo. Personal sanitario con y sin mascarilla y pacientes que la llevaban "por responsabilidad" o porque tenían síntomas respiratorios y otros que no.

El personal sanitario está, además, pendiente de que Sanidad adopte unas medidas internas que se espera recojan las recomendaciones dadas ayer por el Ministerio de Sanidad para "reforzar el uso" en aquellas zonas donde haya pacientes vulnerables.

Por su parte, el conseller de Sanidad, Miguel Mínguez, aseguraba que la retirada de la obligatoriedad de los tapabocas era "una gran noticia" sobre todo porque significaba que la pandemia "pasa página y a su vez es un gran recordatorio de lo que sufrimos durante más de 1.000 días". Mínguez hizo hincapié en que, ahora, deben ser los ciudadanos los que tengan la responsabilidad de ponérsela cuando "tengan una infección vírica respiratoria para disminuir el contagio a otras personas".

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