Oriónidas, meteoros y meteoritos: curiosidades sobre ellos

Natacha Payá

Ahora que se acerca la época de las oriónidas me pregunte una cosa, ¿cuántos meteoritos caen al año en la Tierra y por que no los vemos? Las oriónidas no son meteoritos pero si son meteoros. Básicamente si estos meteoros no se desintegrasen en nuestra atmósfera, como lo suelen hacer, caerían en la Tierra en forma de meteorito. Aquí les cuento la respuesta a mi pregunta.

Según la NASA, un meteorito es una roca espacial de diferente composición que llega a la atmósfera terrestre y sobrevive al viaje hacia la superficie, es decir, no se llega a desintegrar. El término de meteorito suele confundirse con sus «antecesores» los meteoros y los meteoroides. Estos últimos dos conceptos se diferencian dependiendo si entran o no en nuestra atmósfera. Si lo hacen se convierten en meteoros y si no, son meteoroides. 

Siguiente paso. El tamaño de los meteoros, que son los que nos importan, es variable y puede ser desde un milímetro hasta varios centímetros. Al entrar en nuestra atmósfera pueden desintegrarse viajando a grandes velocidades (más de 20.000 km/h). En el caso de que su tamaño fuera más grande y no se llegasen a quemar dentro de nuestra atmósfera, dejarían de ser meteoros para convertirse en meteoritos. 

Según un estudio publicado en la revista GeoScienceWorld, al año caen aproximadamente 17.000 meteoritos. No siempre el impacto de un meteorito genera una catástrofe. Hay veces que son tan pequeños que ni los ves caer. Esta conclusión es sacada a raíz de estimaciones basadas en seguimientos de bolas de fuego de corta duración. El escenario para la investigación fue la Antártida. Ahí es más fácil detectar cualquier destello e impacto porque ambos contrastan con la nieve tan blanca.

Una vez se conocen y enumeran los impactos, se puede extrapolar ese número al resto del planeta. El lugar elegido para la investigación no fue seleccionado porque recibiese impactos de meteoritos grandes, de hecho es el ecuador terrestre la zona del planeta que recibe más meteoritos de gran tamaño.

Aunque seamos muy curiosos, también somos muy afortunados de no recibir colisiones de estas rocas, al menos de manera constante. En los polos, el número de impactos supone un 65 % pero la población que vive ahí es tan baja y los meteoritos tan pequeños que no suelen ocasionar daños y a veces pasan desapercibidos. ¡Qué alivio!