La evaluación de la calidad de las aguas de los lagos y embalses de la cuenca del Xúquer amplía la recopilación de datos para el análisis con imágenes captadas por los sensores remotos de los satélites Sentinel-2 y Sentinel-3. Se trata de una técnica aplicada desde hace una década en las cuencas del Ebro o el Tajo, pero que se introduce ahora en la cuenca valenciana a través de un convenio de colaboración entre la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), a través del Ministerio de medio Ambiente, y la Universitat de València (UV) y su grupo de Limnología.
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Esta metodología se aplicará para el seguimiento de 29 embalses de la cuenca del Xúquer, entre ellos el de Tous; y, también, en cinco lagos: l'Albufera de València, la Laguna del Marquesado, la Marjal Pego-Oliva, los Ojos de Villaverde y el Prat de Cabanes.
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"Esta imágenes son un información complementaria de gran valor -, explica el catedrático Eduardo Vicente y director del programa de la UV -, aunque es imprescindible que éstas sean validadas por datos reales. Su interpretación sólo puede ir acompañada por una corroboración del trabajo de campo y de laboratorio".
Imágenes cada cinco días
Los satélites Sentinel-2 y Sentinel-3 -captan imágenes de las aguas continentales y oceanográficas, respectivamente- sobrevuelan la Comunitat Valenciana cada cinco días, cuando toman instantáneas que abarcan 40.000 kilómetros cuadrados, de 200 kilómetros de largo por otros 200 de ancho. Éstas están condicionadas por la meteorología: "Se pueden ver afectadas total o parcialmente por la nubosidad o por condiciones meteorológicas que imposibiliten la visión", especifica Vicente.
Desde la CHJ, a través de la jefa de servicio en el Área de Calidad de las Aguas, Concha Durán; consideran que esta metodología ayuda a acelerar la recopilación de información "frente al procedimiento convencional de muestreo y su posterior análisis, que se puede prolongar durante varias semanas" e insisten en que la calibración de los datos necesita de los muestreos y análisis más convencionales.
De hecho, el catedrático emérito de la UV reconoce que las imágenes del satélite solo permiten captarparámetros de respuesta óptica, puesto que se obtiene "una imagen espectral, que no deja de ser óptica"; aunque pueden captar parámetros calificados de "interesantes" por Durán como "la temperatura o la clorofila presente en las masas de agua analizadas".
Sin embargo, Esteve insiste en que si la modificación de las aguas no provoca un color especial en las aguas "no se puede detectar" sin apoyarse en datos reales. Por ejemplo, dos de los parámetros que más se tienen en cuenta, como son la cantidad de fósforo en el agua o el PH, no "dejan rastro por ellos mismos". Sí se podria evaluar las variables físicas indirectas resultantes; entre ellas si hay un aumento de la presencia de los níveles de clorofila derivado del crecimiento de las algas "provocado por una mayor presencia de fósforo", ejemplifica Esteve.