En total hay 650 domicilios con daños no estructurales y otras 13 viviendas que tendrán que ser derruidas y que albergaban a siete familias.

Así lo indicó hoy en rueda de prensa el conseller de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, Juan Ramón García Antón, que calculó que los gastos en las actuaciones suman un total de 23 millones de euros, de los cuales siete se destinarán a la construcción de nuevas viviendas --que al igual que los alquileres y los trabajos de rehabilitación, no tendrán ningún coste para los vecinos afectados-- y los restantes 16 para actuaciones de reparación. Agregó que, una vez los vecinos puedan regresar a sus domicilios habituales, las casas de nueva construcción se aprovecharán para viviendas de protección oficial.

En El Verger ya han comenzado los trabajos de demolición de dos viviendas en la calle Almassora, y en la calle Divina Aurora hay otras 11 casas más que también se tendrán que derruir, a la espera de una reunión con los propietarios que se producirá esta tarde. Además, hay 250 viviendas que registran daños no estructurales, fundamentalmente en la planta baja, donde el agua alcanzó cotas de hasta tres metros respecto a la rasante de la calle. En estos casos, las ayudas se centrarán en la recuperación de los servicios eléctricos y el agua potable, así como de otras estancias que estaban en esta planta baja.

Para realojar a los vecinos afectados, la Conselleria ha previsto la construcción de 47 viviendas, además de 13 viviendas en alquiler para realojos de larga duración y seis para los de corta duración. Otras cuatro casas se están rehabilitando para estancias de los afectados de corta duración. Asimismo, han comenzado ya los trabajos de construcción de cinco viviendas nuevas en un solar del Ayuntamiento de la localidad. El propio Consistorio ha puesto a disposición del Instituto Valenciano de Vivienda dos solares para la construcción de 26 y 16 viviendas más, respectivamente. En estos momentos la Conselleria está preparando los proyectos de obras para estas actuaciones.

Por su parte, en Els Poblets los daños no estructurales afectan a entre 350 y 400 inmuebles. En esta localidad han comenzado los trabajos de reparación y limpieza, por parte del IVVSA, de 11 viviendas que presentan daños en el forjado sanitario de las plantas bajas, que es necesario demoler. Está previsto que estas labores de reconstrucción terminen en unos tres o cuatros meses. En este caso, para el realojo de los vecinos se han alquilado 11 casas y se van a construir otras 30 nuevas.

Otros de los municipios afectados, aunque en menor medida, es la zona de Los Planes donde hay una contención que podría afectar a la cimentación de un bloque de viviendas, si éstas no se protegen. Mientras tanto, en Dénia el deterioro del margen derecho del río podría provocar algún daño en viviendas, aunque ya se ha actuado por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar.

DRENAJES "INSUFICIENTES".

En cuanto al caso de Calpe, recordó que durante la construcción de las urbanizaciones en esta zona, en los años 70 y 80, en los paseos marítimos se hicieron drenajes insuficientes. Por eso, señaló que la solución en esta localidad pasa por una actuación de drenaje urbano que el Ayuntamiento ya había proyectado con un barranco, pero que recibió un informe negativo por parte de la Confederación puesto que no cumplía suficientemente con las necesidades del municipio.

En este sentido, García Antón apostó por "terminar con ese proyecto pero mejorado para hacer un drenaje urbano debajo del paseo marítimo". Para la zona del marjal de las Salinas, el conseller propuso una solución parecida a la de la Albufera, con unas golas que no dejan salir el agua siempre, sino sólo cuando se necesita.

"EL GOBIERNO APROVECHA PARA ATACAR A LA GENERALITAT".

En referencia a las declaraciones de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, durante su visita a China, en las que apuntó que las consecuencias de las lluvias "no habrían sido tan graves si la región no hubiera sido sometida a un proceso de urbanización desenfrenado", García Antón lamentó que el Ejecutivo central "aproveche estos sucesos para atacar a la Generalitat y al urbanismo de esta comunidad".

Asimismo aseguró que "esa parte del Gobierno no conocía bien donde se habían producido los daños porque no son motivo de ninguna urbanización actual ni ninguna recalificación sino que son consecuencias de unas lluvias que van por un cauce que atraviesa el núcleo urbano tradicional" de los municipios afectados.

Añadió que "se han equivocado porque se trataba de estar aquí con los que han sufrido daños". Según el conseller, en la Comunitat "no hay urbanismo salvaje, y sí un trabajo que realizar para que la gente pueda continuar viviendo sin ningún problema y ahí los quiero ver y ahí es donde estamos nosotros", concluyó.