Nuria Tendeiro Parrilla, Valencia

"Sale a relucir el racismo y la intolerancia que siempre han manifestado los clásicos grupos de presión bolivianos por la cultura indígena, más en las áreas urbanas que en las rurales; esto es, la incomprensión, el menosprecio por la diversidad cultural del país de determinadas élites", incide en su visita a Valencia el responsable de Nor Sud, contraparte boliviana que ejecuta proyectos de desarrollo en el Chaco y Tacobamba (en Potosí) con ayuda de la Fundación Fiadelso y de la Generalitat Valenciana, que en los tres últimos años han invertido en la zona algo más de medio millón de euros destinados a infraestructura hidráulica y educativa.

La ayuda valenciana ha permitido la construcción de un internado en el municipio de Muyupampa para proporcionar a medio centenar de jóvenes el acceso a la educación cuando sus padres marchan a las zonas urbanas en busca de trabajo, y de otro centro educativo que facilitará que los estudiantes guaranís puedan seguir sus estudios de secundaria para su posterior integración social.

Reducir diferencias interculturales

"Este proyecto es importante, más si tenemos en cuenta que sólo un 7% de la población indígena accede a secundaria dado que las infraestructuras de enseñanza se concentran en las zonas urbanas. Además tiene un componente cultural necesario, porque trata de reducir las diferencias interculturales principalmente con los chicos urbanos", apunta Pumar Miranda.

El acceso al agua y a la salud constituyen los otros dos vértices del triángulo por el que han apostado las entidades solidarias con la ayuda valenciana. "Son actividades que el gobierno boliviano no ha ejecutado, como por ejemplo la creación de infraestructuras que han permitido la existencia de agua potable y para irrigación en las comunidades de la zona alta de Potosí. Por primera vez van a tener agua de forma ordenada, van a manejar agua para la irrigación de sus tierras, lo que va a permitir por primera vez 2 cosechas al año. Antes sólo tenían una cosecha que coincidía con la época de lluvias", explica director de la Fundación Intercultural Nor Sud.

El responsable de la contraparte boliviana ha admitido que estos proyectos de cooperación no van a resolver el problema general de la pobreza en estas zonas, pero sí -afirma- "hemos iniciado una estrategia a largo plazo, concretamente a 10 años, de 2005 a 2015, en la que se va a incidir en el desarrollo humano con la implicación de las propias comunidades beneficiarias y que puede servir de ejemplo para otras comunidades. En tres años hemos conseguido que Tacobamba pase del tercer al quinto puesto en la lista de zonas más pobres de Bolivia".

El apoyo valenciano ha supuesto que más del 50 por cien de la población del Alto Potosí y el Chaco haya podido tener acceso a agua potable, para el riego, a educación básica y secundaria y a servicio de salud materno-infantil.