La solidez del tejido asociativo de una sociedad juega un papel fundamental en su fortaleza democrática, puesto que es uno de los mecanismos con los que la ciudadanía cuenta para implicarse de manera activa en los asuntos públicos, así como en su capacidad de respuesta ante los riesgos sociales. Según los datos proporcionados por la Conselleria de Governació i Justícia en 2014, en el Camp de Túria el número total de las asociaciones alcanza las 1.397, lo que supone un 4,74 % del total de entidades de la provincia.
La distribución porcentual de esta cifra por municipios refleja que son 5 de sus 16 municipios los que concentran gran parte de las asociaciones registradas en la comarca. En concreto se trata de Llíria, Bétera, l'Eliana, Riba-roja de Túria y la Pobla de Vallbona.
No obstante, el número de asociaciones en relación a la población ofrece una tasa de 9,01 asociaciones por cada 1.000 habitantes, lo que deja al Camp de Túria por debajo de la media provincial, situada en 11,49. Es más, es la comarca con menor movimiento asociativo en ese sentido.
Por otra parte, otro aspecto a tener en cuenta para comprobar el nivel participativo de una sociedad en su territorio es el movimiento cooperativista. Estas entidades cooperativas suponen un elemento significativo para el desarrollo territorial y la cohesión social de una región. En el Camp de Túria había registradas 99 cooperativas en 2003, según los datos proporcionados por el Institut Valencià d'Estadística, de las que el 69,7 % eran de trabajo asociado, seguidas por las cooperativas agrarias (22,22 %).
A nivel municipal destaca el municipio de Riba-roja de Túria, con el 24,24 %, seguido de la Pobla de Vallbona con un 14,4 % y Llíria con 12,12 % del total de cooperativas registradas. En estas tres poblaciones se acumula la mitad de las cooperativas del territorio. Entre las más destacadas se encuentran la Cooperativa Vinícola de Llíria, la Cooperativa Agrícola de Bétera o la Sociedad Cooperativa Valenciana Limitada de Transportes La Vall, en Riba-roja de Túria.
