Dos músicos de Llíria y Chelva triunfan en el teatro La Scala de Milán

José Vicente Faubel y José Martínez fueron reclutados por la ópera más reputada de Europa para tocar allí el trombón y la tuba respectivamente

José Vicente Faubel y José Martínez fueron reclutados por la ópera más reputada de Europa para tocar allí el trombón y la tuba respectivamente

José Vicente Faubel y José Martínez fueron reclutados por la ópera más reputada de Europa para tocar allí el trombón y la tuba respectivamente

Amparo Soria

Amparo Soria

La humildad va por bandera con José Vicente Faubel y José Martínez. No creen que estudiar en conservatorios locales, crecer musicalmente, consolidarse como profesionales, trabajar de ello y que el histórico teatro de La Scala de Milán se fije en ellos sea meritorio: «Ha habido otros valencianos antes que nosotros», insisten durante la conversación con Levante-EMV. Enumeran los nombres e insisten en que, como ellos, también deben tener su merecido reconocimiento, por si no fuera suficiente que la ópera más importante de Europa les haya contratado para cubrir dos sustituciones de músicos internacionales

Ninguno de los dos tenía necesidad de esta experiencia, pero era difícil decir que no.José Vicente Faubel, de 33 años, aprendió a tocar el trombón en la Banda Primitiva de Llíria y actualmente trabaja en la Orquesta de la Comunitat Valenciana en el Palau de les Arts. José Martínez creció en Chelva y comenzó a tocar la tuba en la Sociedad Musical Santa Cecilia de la capital serrana, mientras que ahora tiene su plaza en la Orquesta Nacional de España.Dos carreras meteóricas que se han encontrado en Milán, donde han sido invitados a tocar. «No solo es actuar con el resto de músicos de esta orquesta; es tocar con la historia, la que más proyección tiene de toda Europa», dice Faubel. «Está al nivel de la Metropolitan de Nueva York o la Convent Garden de Londres, son compañías tan famosas que hasta los que no saben de música, las conocen», dice Martínez. 

Si bien La Scala goza de un reconocimiento internacional, lo cierto es que el nivel no dista mucho de las grandes orquestas españolas y valencianas. Para Martínez, «nosotros ya tenemos muy buen nivel en España», mientras que Faubel reconoce que el alto nivel de la banda milanesa se asemeja a cualquiera española. 

«Sin duda, lo mejor de toda esta experiencia de venir aquí a tocar y a sumergirte en esta orquesta y sus dinámicas es que nutre nuestro trabajo, nos enriquece a nosotros y reporta un beneficio de la orquesta donde trabajamos habitualmente» explica Faubel. 

Lo que sí cambia la frecuencia en las actuaciones, ya que La Scala, precisamente por su fama mundial, tiene obras prácticamente todos los días destinadas no solo a personas interesadas en la ópera sino a turistas y visitantes. 

La reputación, clave

Ante la pregunta de cómo un músico logra formar parte de esta orquesta, la respuesta es sencilla: «Normalmente no conoces a nadie aquí, pero el boca-oído lo es todo, alguien te recomienda y te llaman», dice Faubel. Martínez añade: «A veces no es solo que te conozcan, sino tener la disponibilidad necesaria para poder y querer desplazarte a tocar lejos de tu casa y tu entorno».

Como ellos, hubo antes otros músicos valencianos que Faubel y Martínez insisten en enumerar. De Llíria pasó por La Scala Mario Torrijo con la tuba, Roberto Bodí de Cullera con la trompeta, Juan Sanjuan de Villena con el trombón, Andrés Alcaraz de Muro de Alcoy con la tuba y Robert Silla de Picassent con el oboe.