A menos de siete meses para la Fira d'Agost, el debate sobre cómo ha de ser la primera edición que gestiona íntegramente el actual gobierno de izquierdas de Xàtiva se ha instalado en el seno del tripartito, no sin divergencias. En julio, los tres partidos que integran el ejecutivo sellaron por pleno el compromiso de someter a una consulta popular la declaración de Xàtiva como "ciudad antitaurina" y la supresión de la figura de la Reinad e Fira. Medio año después, Compromís acudió a la comisión sociocultural del miércoles con una propuesta de bases para regular el funcionamiento de la convocatoria y trasladó al resto de grupos la necesidad de agilizar un proceso que, a juicio de a coalición "no se puede retrasar más" ha de entrar en el calendario de acciones municipales" con tal de disponer de "un modelo definido de consenso antes de comenzar a diseñar la Fira".

La comisión aceptó incorporar la propuesta de la coalición vaencianista al expediente del procedimiento, cuya competencia corresponde al área de Participación Ciudadana, gestionada por Esquerra Unida. Sin embargo, el regidor que dirige este departamento, Miquel Alcocel (EU), asegura que ya existen gestiones avanzadas para lanzar un calendario de actuaciones. Antes de la consulta, el edil ve necesario promover una fase de divulgación, información y debate, con vistas a crear "un estado de opinión" que permita a los vecinos "tener suficiente conocimiento" de las posturas enfrentadas.

Así, el área de Participación quiere programar -en coordinación con el alcalde- dos mesas redondas en febrero con a participación de especialistas que abordarán tanto el asunto taurino como la vigencia de la Reina de la Fira desde distintos ángulos y perspectivas.

El proceso aún se está perfilando y permanece abierto al diálogo. Alcocel recalca que, en cualquier caso, no se articulará un referéndum oficial, aunque afirma que la consulta -a modo de encuesta-sondeo- tendrá todas las garantías y será "lo más legal posible". La hoja de ruta con la que trabaja el edil pasa por convocar la votación un sábado, en una fecha sujeta todavía estudio pero que aventura en torno a marzo, antes de Pascua. De este modo, la ciudadanía podría manifestar su opinión en unas urnas colocadas en distintos puntos de la ciudad, supervisadas por personal municipal.

La fórmula escogida para la consulta es objeto de divergencias en el seno del ejecutivo. La propuesta de bases que Compromís ha presentado esta semana en la comisión socicultural apuesta por una convocatoria que permita votar tanto de forma telemática como presencial durante un periodo de dos meses. En función del borrador defendido por la coalición, los vecinos deberían presentar durante el plazo estipulado una instancia en el ayuntamiento haciendo constar su DNI y manifestando su posicionamiento "de forma inequívoca" en cada una de las cuestiones planteadas. La coalición es partidaria de que tengan derecho a voto todos los empadronados de Xâtiva mayores de 16 años.

Compromís valora su propuesta como una forma de "sumar esfuerzos" con la propia concejalía de Participación, que dice haber tomado nota de la postura de la coalición. Según la portavoz de Compromís, Cristina Suñer, se trata de "reglamentar la voluntad de la corporación municipal". "Nosotros propusimos que se preguntara a la ciudadanía y nuestros socios de gobierno se adhirieron a la moción. Ahora toca establecer las reglas para poder hacerlo y para poder diseñar entre todos un modelo de Fira", advierte la regidora en una sutil llamada de atención.

Compromís incluso propone las preguntas de la consulta a las que el vecino habría de responder con uno sí o un no. A saber: 1. "¿Estás de acuerdo con que Xàtiva se declare antitaurina?" 2. "¿Estás de acuerdo con que se suprima la figura de la Reina de Fira y su Corte?". La coalición confía en que "con voluntad" la consulta se puede celebrar con el tiempo suficiente" a pesar del "esfuerzo logístico y administrativo" que comporta. En el pleno de julio, el PP votó en contra de la convocatoria y Ciudadanos advirtió del "enfrentamiento social" que puede acarrear. El PSPV, mientras tanto, asiste con cautela al desarrollo del proceso y atribuye a Participación la competencia sobre el mismo.