Los ciclistas tienen un nuevo "impedimento" para la práctica de su pasión deportiva. Si circular por carreteras y vías urbanas se convierte en una auténtica carrera de obstáculos por transitar junto automóviles y otros vehículos „en los últimos meses con un aumento de consecuencias dramáticas y muertes por imprudencias y delitos de algunos conductores y ciclistas, desde hace unas semanas también se han incrementado los peligros de salir por la montaña. La apertura de la veda de caza el pasado 12 de octubre ha extendido como una plaga la presencia de cazadores armados por las sierras y montañas, que ya se ha cobrado el primer accidente con heridas a un ciclista por un tiro fortuito cuando circulaba por un paraje de la Llosa de Ranes. Por ello, cazadores y ciclistas llevan a cabo medidas para evitar que hechos accidentales como el ocurrido en la Llosa se repita.

Algunos ciclistas explican que evitan zonas de la Costera, la Canal de Navarrés y la Vall d'Albaida donde es habitual la presencia de cazadores, como la zona de la Solana del Castell de Xàtiva; toda la sierra de Enguera, especialmente la zona de Benali; la zona de Santa Anna y el repetidor de la Llosa de Ranes „lugar donde precisamente se produjo el pasado fin de semana el disparo accidental al ciclista„; el paraje de la Senda dels Enginyers de Ontinyent a Agres; la sierra de Vallada o el Barranc de la Sal, entre Llanera de Ranes y Cerdà, entre otros. Grupos de ciclistas de las tres comarcas tratan de evitar estos espacios los días de fiesta y fines de semana, cuando más salen los cazadores a cazar.

Un corredor de Xàtiva explica a Levante-EMV que durante esta época (la temporada de caza estará abierta hasta el 6 de diciembre para algunas modalidades como la caza de jabalí; o hasta finales de febrero en el caso de la perdiz con reclamo), los ciclistas optan por salir por zonas pobladas de casetas de campo, "hay más gente y más circulación y los cazadores no se acercan a estas zonas. La gente ya está alerta y busca zonas donde no estén los cazadores, zonas que no estén muy adentradas en el monte", señala. Y añade este ciclista que los días de mayor peligro "son fines de semana y, sobre todo sábados, cuando más gente en bici y caminando sale. También cuando hay más personas cazando". Otra de las medidas adoptadas por los corredores, senderistas y paseantes, conocedores de que los cazadores actúan ante el mínimo movimiento, es vestirse con ropas vistosas y no oscuras, para alertar de su presencia.

Guardas y vigilantes de caza

No sólo ciclistas, senderistas o recolectores de setas, muy habituales también en las fechas próximas„ toman medidas, en este caso para evitar acercarse a los cotos y zonas cinegéticas, los cazadores también están actuando para evitar accidentes con los otros «ocupantes» de la montaña. Algunas sociedades de cazadores cuentan con guardas o vigilantes que avisan de la presencia de caminantes o ciclistas cuando se encuentran disparando, para que cesen la actividad momentáneamente, así como de controlar que ningún cazador se salga de las zonas acotadas para la práctica de la caza. También existen ciertas normas para evitar accidentes involuntarios, como respetar una distancia de 25 metros de los caminos para realizar las tiradas.

Una sociedad de cazadores de la Vall d'Albaida expone que la entidad cuenta con un guarda a sueldo que vigila el monte. El responsable de la entidad exponía que los cazadores tratan de evitar coincidencias con eventos deportivos y, en este caso, indicaba que durante la I Marxa BTT por la Serra de l'Ombria que Ontinyent acogió días atrás, "nos esperamos a que acabara la carrera". Sobre las distancias mínimas a guardar respecto a los caminos, desde esta sociedad de cazadores de la Vall resaltaban que "nosotros pedimos a los cazadores que aumenten esa distancia mínima de 25 a 100 metros". Todo ello, por tratar de disfrutar y convivir todos en la montaña.