La solidaridad de Ontinyent hizo posible en 2017 la puesta en marcha de un total de seis proyectos de cooperación con países en desarrollo, articulados en África, Asia y Sudamérica mediante otras tantas ONGs locales o con representación en la ciudad, según destacaron ayer fuentes consistoriales. Así lo recordaban ayer el concejal coordinador de Educación, Deportes, Igualdad y Cooperación, Óscar Borrell, y la concejala de Cooperación, Katty Ushiña, al avanzar que hoy miércoles tendrá lugar en el Palau de la Vila la asamblea general del Fons Valencià per la Solidaritat, a la que están convocados más de cien ayuntamientos y mancomunidades, en un acto que presidirán el alcalde, Jorge Rodríguez, y la presidenta del Fons, Xelo Angulo.

Entre los últimos proyectos que subvenciona el Ayuntamiento de Ontinyent (los correspondientes a los proyectos de 2017, aprobados por unanimidad del pleno), se encuentran la mejora de instalaciones de agua potable en Togo; el acceso a viviendas dignas y adaptadas a Andhra Pradesh (India); la formación profesional de 120 personas en una escuela taller en Yagoua (Camerún); la mejora de agua, saneamiento e higiene en el entorno escolar de Burkina Faso; el desarrollo sostenible e inclusivo de población indígena campesina en Guatemala; y el fomento de la educación inclusiva en Ixcam (Guatemala), recordaron ayer.

Colaboración con las ONG

Las aportaciones dhan sido de entre 5.500 y 7.127 euros para cada proyecto, puestos en marcha por entidades como la Fundació Pau i Solidaritat, Manos Unidas, Cruz Roja, la Fundación Vicente Ferrer, Escuelas Solidarias o Globalmón. La aportación en total será de 38.000 euros principalmente destinada a infraestructuras que ayudan a paliar la grave situación económica de las poblaciones de estos países, los cuales en muchos casos dependen en gran medida de la solidaridad del resto del mundo, así como intentar fortalecer y desarrollar los derechos básicos de las personas, recordaron ayer.

Borrell y Ushiña coincidían en destacar que «ayudar en su territorio a la población más pobre contribuye a que no tengan que buscar una vida mejor en otros países. Si los países más ricos se preocuparon más de estas cuestiones e impulsaron acciones solidarias, se evitarían muchos desplazamientos».