Quienes imaginaban una Nit d’Albaes calmada y apacible no podían estar más equivocados. El tradicional espectáculo de versos improvisados conserva en Xàtiva su asiento dorado y prueba de ello es que la armonía inicial con la que comenzó la esperada cita devino pronto en una tragicomedia clásica con trazos de epopeya, servida en dosis de cuartetos octosílabos improvisados. A lo largo de las dos intensas horas que duró la función hubo espacio para el ingenio, el deleite, la risa y la sátira, pero también momentos de conflicto, tensión y algún ataque personal con tintes homófobos que enturbió el ambiente y reavivó las cenizas de las viejas rencillas aún candentes entre los cantaors contratados por el ayuntamiento durante el mandato del PP y los actuales.

Puntual, a las dos de la mañana, la reina de la Fira, Paula Valor, agradeció la presencia de los cientos de asistentes que, expectantes, se congregaban en torno a la habitual picaeta en la plaza Sant Pere, antes de dar la entrada a la música de dolçaina i tabalet. Sentada en una mesa junto a su corte, los acompañantes, el alcalde, Roger Cerdà, y varios concejales, Valor escuchó atenta los primeros cantos de rigor dirigidos a ensalzar su figura. Los cantaors Fernando Ferrer «El Ratllat», de Puçol; Jacint Hernández, de Alcàsser; el enguerino Toni Guzmán y los locales José Manuel Chàfer «Gallo» y Pili Cuenca, arrancaron dando la bienvenida al público y saludando, en el caso de ésta última, a la soberana Paula, «xiqueta de gran valor /néta de la modista / i de Pep el Pintor».

Pero el tiempo de lo políticamente correcto se agota pronto en la siempre estimulante y provocadora Nit d’Albaes socarrada. Fue Gallo -no podía ser otro- quien lanzó el primer dardo dirigido al alcalde, que lo encajó con una sonrisa. «Roger, que mal em sap / saps que no t’ho dic per res / però m’han dit que et salude / els veïns de Juan Francés», cantó, en alusión a la calle donde afloran las quejas de los vecinos por el ruido y las molestias de la zona de atracciones de la Fira.

En medio de la algazara general, Fernando «El Ratllat» optó por ofrecer un consejo a los políticos en año preelectoral: «Apreteu-se els cinturons / i deixeu la faena ben feta / que l’any que ve hi ha eleccions». La lengua afilada de Gallo volvió a la palestra. Esta vez fue objeto de chanza la corbata del concejal Ignacio Reig. «Saps que tinc el gran poder de ser pedra en la sabata / o ahí falta cavaller / o potser sobra corbata». El cantaor continuó haciendo malabarismos con la actualidad a lo largo de sus intervenciones. «El fixatge d’este estiu / no l’han fet els italians / és Javier García Paños / que ha fixat per Ciudadanos».

El susto originado el martes por el impacto de varias ramas de platanero sobre una atracción infantil de la Fira no pasó inadvertido. «Ara faig una advertència / vos la faig en la cançó. / Si passeu per l’Albereda /amb les branques atenció», cantó la firme y entonada voz de Guzmán. El asunto sirvió de hilo conductor para otros versos. «La culpa la té el biòleg / que els arbres no vol podar. / Que sort has tingut Pepe / que ha ningún ens ha pillat!», entonó Pili, que contó como otro árbol caído cerca de su floristería de la calle Abu Masaifa también había obligado a intervenir a los bomberos y a la Policía Local ese mismo día. «El Rallat» continuó con otra «albà» que era a la vez una sugerencia: «Contracteu més jardiners / que els arbres s’han de podar / sobre tot els plataners».

Gallo cambió ligeramente de tercio para dar «un consell ben raonat» a los partidos que integran el gobierno local, constantemente enzarzados en disputas internas: «Al Reial hi ha dos botigues que venen uns gavinets d’alta qualitat». Con esta versà, se acabó el aperitivo. A las 2.33 , la comitiva inició su recorrido por las calles adyacentes. Eso sí, a los asistentes les costó un poco arrancar. «De la gent que ens ha seguit / no ha vingut ni la meua dona. / Es veu que al mig de la plaça / la picaeta ha de ser bona», soltó Gallo. Pero Guzmán lo corrigió, tirando de ironía: «Gallo, veig que no veus bé / fes-te aire en el palmito / la teua dona està ací / i ja s’acabat el mojito». Zanjado el chascarrillo y reprendida ya la marcha, Chàfer no dejó pasar la ocasión para meterse con otro regidor, en este caso Miquel Lorente. «Este carrer (Sant Pere) que xafem / és dels millors que els tracten. / Perque mira que jo ho demane / però el meu no me l’asfalten».

El fluido diálogo cantado entre los experimenatados exponentes del cant d’estil derivó por otros derroteros. Cuando Fernando hizo referencia al circuito urbano de Xàtiva como «el más antiguo de España», Gallo recordó que la capital de la Costera también tiene la plaza de toros «que rodant per tot l’Estat és a la que menys trellat li traus», mientras que Jacint recordó una mala experiencia cuando el año pasado la grúa se le llevó el coche y le costó «un dineral». Una anécdota que -real o no- dio pie a multitud de chanzas por parte del resto: «Jacint, que no te sàpiga mal, però et van fotre la multa per no mirar la senyal».

Pero el ambiente jocoso se apagó de súbito cuando, al entrar en la calle Puig, irrumpió en escena muy enojado Josep Roca, histórico cantaor oficial hasta la legislatura pasada. Por un momento se revivió la agria polémica de 2014, cuando las acusaciones de veto contra el gobierno el PP por la exclusión de Gallo entre los contratados por el ayuntamiento para la Nit d’Albaes originó una sonada batalla. Roca, con la voz muy tocada por la edad, echó en cara a Guzmán uno de los momentos mas tensos de aquella noche. «Em vas dir feixista / i em va sentar com un tir. / Tu te llites amb un home. / Dime tu com t’he de dir». Los asistentes se quedaron helados ante la albà de Roca, que desapareció en un visto y no visto de los focos.

En su turno de réplica, Toni Guzmán prefirió no entrar al trapo («Davant tanta incultura, jo ací no tinc res que dir», cantó), aunque sus compañeros lo arroparon más adelante. Acto seguido, fue Poma -otro de los antiguos cantaores fijos contratados por el consistorio del PP- quien se puso frente a Gallo para increparlo: «Et cante a tu, Gallo / davant la gent: / ni tens veus per a versaes / ni per a cantaes / ni per a estar en l’ajuntament», explotó. Chàfer no se arrugó y replicó: «Hi ha qui ha vingut / en ganes de montar un aldarull./ Ja es sap el que diuen / de totes les opinions: / que son totes com el cul».

En el camino que restaba hasta regresar a la plaza Sant Pere, el grupo oficial de cantaors se dedicó a sanar las heridas de la noche verso a verso y paso a paso, mientras las ovaciones de un público entregado fueron in crescendo hasta la apoteosis final. Comenzó Fernando: «Ací hui s’han presentat /un parell per a discutir, / peró poquet han durat /i no han pogut presumir, / perquè sense idees s’han quedat». Le siguió Jacint, en una de las estrofas más aplaudidas: «El respecte és important / si volem avançar tots, / tant es val la religió, el color / o la orientacio sexual». Pero el cénit llegó a continuación, con «El Ratllat», de nuevo: «Lo que importa és la dolçor / i ser una gran persona. / I demostrar lo millor, / gitar-se en homes, / gitar-se en dona: / lo que importa es l’amor».

Rebajar la tensión

Gallo optó por rebajar la tensión dirigiéndose a Guzmán en su habitual tono jocoso: «En un moment d’aquesta nit / pareixia que pintaven bastos: / lo pitjor que em sap a mi / és que com estàs casat / no te puc tirar els trastos». El guión viró de nuevo hacia lo rutinario, monopolizado por las vivencias conyugales de cada uno. «No sóc jo de fer enganys. Vos presente al meu marit: estem junts 25 anys i no estic gens avergonyit», cantó con vigor el enguerino, entre vítores. Los cantaors rivalizaron durante un buen rato por quién llevaba más años felizmente casado hasta que Gallo terció, primero para pedir que se acelerara el paso por el sofocante calor que reinaba en los callejones y, después, para exigir que se cambiara de tema: «Ja ens ho heu deixat clar, / tots i totes sou especials, / pero es que açò son albaes, / no són jocs florars».

El final fue una vuelta al principio: las albaes volvieron a girar en torno a la miopía de Chàfer o el sueño que tenía «El Ratllat». Después de 15 minutos de despedidas indivivuales, Guzmán cerró el telón tras el ataque del que había sido objeto. «Per a fer-vos el remat, / una cosa vos diria: / la nit no m’han amargat / gràcies a la companyia / de tots el que m’heu fet costat». El canto autóctono e inmortal de origen medieval sirvió de nuevo como terapia grupal, pero también para ajustar cuentas y canalizar una disputa que dura 4 años. Eran las 4 de la mañana cuando los combatientes se retiraron a dormir (o a comer churros). La próxima cita: el domingo en l’Hort de Mora.