Las fallas de Xàtiva de 2019 sólo se encuentran ya en las memorias de los miles de teléfonos móviles que las han fotografiado y en el recuerdo de quienes las han visitado, jaleado, celebrado y juzgado. La cremà puso fin anoche a un ritual previsible pero siempre excitante. Al cierre de esta edición, con lluvias débiles e intermitentes, de escasa intensidad, se habían consumido ya todas las fallas infantiles. La de Abú Masaifa, ganadora de la Sección Especial con un cadafal de Xavier Gámez, fue la última en hacerlo ejerciendo el honor que corresponde a la vencedora.

En fallas grandes, al cierre de esta edición los bomberos tenían ya listo, en colaboración con la Policía Local de Xàtiva, el dispositivo previsto: cuatro rutas con quemas de falla previstas cada media hora; a las once, a las once y media, a las doce, a las doce y media y a la una de la madrugada. En la ruta A la primera en arder era Espanyoleto. En la B, Sant Feliu. En la C, Selgas-Tovar y en la D, la falla del Mercat. Las segundas de cada ruta estaba previsto que fueran las de Juan Ramón Jiménez, Raval, Benlloch y El Cid-Trinitat. Las terceras, Ferroviària, Abú Masaifa, Molina-Claret y Passeig; las cuartas, Sant Jordi, Corts Valencianes y El Carme. Y las quintas, en torno a la una si todo fue a buen ritmo, Sant Jaume, Murta-Maravall y Tetuán. Estaba previsto que la falla ganadora del primer premio de la Sección Especial, y por lo tanto Millor Falla de Xàtiva, la de República Argentina, se quemara a partir de la una y media.