La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer la autoría del incendio que, en la madrugada del lunes, ha calcinado por completo el vehículo patrulla de la Policía Local de Castelló de Rugat, cuando se hallaba estacionado en un aparcamiento municipal al aire libre y abierto al público situado en la parte trasera del ayuntamiento. Las primeras pesquisas recabadas durante el día de hoy apuntan con claridad a la intencionalidad de un suceso que perturbó la apacible calma reinante en esta localidad de 2.300 habitantes de la Vall d'Albaida.

La principal hipótesis manejada por los investigadores es que unos desconocidos rompieron las ventanillas del coche y prendieron fuego a su interior, haciendo uso de algún tipo de material u objeto inflamable. La Policía Judicial ha examinado el vehículo y sus inmediaciones en busca de pruebas, a la espera de una inspección a cargo de especialistas en incendios que ayudará a arrojar más luz en torno a los hechos.

Por ahora se desconoce si el incendio responde a un acto vandálico o si es fruto de la venganza de un vecino movido por algún tipo de rencor hacia la Policía Local. Fuentes municipales consultadas por este diario ven muy plausible esta última posibilidad, teniendo en cuenta el momento en el que se produjo el siniestro. «No era alguien que estaba de fiesta, sino que fue algo premeditado», sostienen en el consistorio. Aún así, no hay constancia de que la Policía Local reseñara ningún incidente previo fuera de lo normal que pudiera haber motivado la supuesta "vendetta". De hecho, la semana había transcurrido «con total tranquilidad», según remarcan las mismas fuentes.

Proximidad con el consistorio

La alerta del incendio se produjo en torno a las tres de la mañana, cuando los vecinos se despertaron alarmados como consecuencia del fuego procedente del aparcamiento municipal ubicado en pleno eje neurálgico de Castelló de Rugat. Hasta el lugar se desplazaron bomberos del parque de Ontinyent y una patrulla de la Guardia Civil de Oliva. La rapidez con la que fueron extinguidas las llamas evitó males mayores, puesto que la proximidad del vehículo incendiado con el edificio consistorial hizo temer que este inmueble se viera gravemente afectado, teniendo en cuenta su antigüedad y las vigas de madera de su interior. Finalmente, las paredes resistieron y no hubo que lamentar daños mayores. En el fuego se desintegró un desfibrilador adquirido recientemente por el consistorio para la Policía Local.

«La principal sensación que nos produce este suceso es tristeza, por el hecho de que alguien pueda llegar hasta este punto», ha lamentado el alcalde de Castelló de Rugat, Antonio Esquinas. «Este nunca ha sido un pueblo en el que ocurran incidentes de este calibre.

Posiblemente hemos pecado de ingenuos, porque no teníamos ni cámaras en el aparcamiento. Ahora estamos pensando en poner alguna medida de seguridad más», incide Esquinas, que ha recibido llamadas de apoyo por parte de destacados dirigentes que se preocuparon personalmente por el siniestro, como el Delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, o el presidente de la diputación, Toni Gapar.

A través de un comunicado, las tres fuerzas políticas del ayuntamiento han lamentado y condenado «la agresión a un bien municipal», a tiempo que han dicho confiar en la acción de los cuerpos de seguridad para resolver el caso y han expresado su «apoyo y reconocimiento» a la Policía Local.