Pasaban pocos minutos de las ocho de la tarde cuando el pasado sábado, 4 de julio, el ciclista aficionado Miguel Ángel Granero Navarro completaba el I Everesting Challenge de Vallada, un reto que pretende emular la subida a la mítica montaña Everest, la más alta del mundo, con una altura de 8.848 metros. Granero, natural de Enguera, alzaba su bicicleta al cielo tras completar este reto conocido mundialmente como Everesting Challenge, que en este caso consistía en subir desde la entrada al municipio de Vallada hasta lo alto del Portitxol „el puerto de montaña de la localidad de la Costera„, ascendiendo por el puerto del Campello, tantas veces como fuese necesario para completar el desnivel positivo equivalente a la altura del Everest.

El ciclista enguerino empleó unas 20 horas subido a la bicicleta para cumplir el reto, para el que necesitó 17 subidas hasta conseguir un desnivel positivo de 9.091 metros. Un esfuerzo sobrehumano que llevaría a cualquiera al límite de sus capacidades, tanto físicas como mentales.

A la dureza de las rampas del Campello se unió el sofocante calor, lo que añadió dificultad al desafío, pero Miguel Ángel Granero no se amilanó ni cesó en su empeño, aupado por los ánimos de vecinos de Vallada, que contemplaron desde el inicio la consecución del reto a pie de calle y alentaron al ciclista en su difícil cometido.

Tras lograrlo, y debatiéndose entre el cansancio, la satisfacción y el orgullo por completar el I Everesting Challenge de Vallada, Granero levantaba su bicicleta para celebrar el logro.

Miguel Ángel Granero se marcó este reto en honor y memoria de José Bellvís Cerdá, párroco valladino con quien le unía una gran amistad y que fallecía el pasado abril, víctima de una leucemia. Debido a la pandemia de la covid-19 y las restricciones para los entierros, Miguel Ángel no pudo despedirse de su amigo, por lo que hizó el reto como homenaje.

Más de 1.200 ? recaudados

En el marco de este reto se recaudaron 1.250 euros, una recaudación que Miguel Ángel donó, a parte iguales, a la Parroquia San Bartolomé de Vallada y a la residencia de mayore José Penadés Sáez de la misma localidad.