La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 8 años de prisión por los delitos de lesiones, con las agravantes de abuso de superioridad y reincidencia y la atenuante de reparación del daño, obstrucción a la Justicia y tenencia ilícita de armas, a un hombre que agredió a otros dos y tiroteó en la cabeza a uno de ellos.

La sentencia, dictada a partir de un acuerdo entre la Fiscalía y las defensas, impone también dos años de prisión para cada uno de los seis compinches del principal penado, en concepto de cómplices del delito de lesiones, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

Los siete condenados deberán además indemnizar con un total de 12.650 euros al herido y no podrán comunicarse ni acercarse a él.

Los hechos sucedieron el 22 de agosto de 2016 cuando el principal encausado citó a las dos víctimas en su domicilio de Xàtiva con la excusa de que tenían que recoger un aparato de aire acondicionado. A su llegada, el penado, que se encontraba en compañía de otros seis hombres, les recibió de forma muy agresiva y comenzó a darles puñetazos, han indicado las mismas fuentes.

Posteriormente, maniató a una de las víctimas, le dio varias descargas eléctricas con una pistola tipo 'Taser', le obligó a ponerse de rodillas y le disparó a bocajarro en la sien derecha con una pistola semiautomática o un revólver de calibre 9 milímetros Parabellum.

A consecuencia del tiro, el hombre cayó al suelo y, como le dieron por fallecido, el condenado propuso enterrarlo en el jardín de la vivienda.

Poco después, sin embargo, el herido reaccionó y pidió ayuda y los condenados permitieron entonces que su acompañante le llevara al hospital.

Según el relato de hechos probados recogido en la sentencia, durante el trayecto hasta el centro sanitario, el principal condenado instruyó a las víctimas sobre los hechos que debían relatar y les presionó con dañar su vida o la de sus familias si contaban lo que realmente había pasado.

Cuando el herido quedó hospitalizado, el principal condenado volvió a presionar a la segunda víctima y testigo de los hechos con matarles a ellos o a su familia si contaban lo que realmente había ocurrido y les prometió, además, una compensación de dinero y marihuana si no relataban nada.

A consecuencia del disparo, la victima sufrió múltiples fracturas en la cabeza y fue operado de urgencia para someterse a una reconstrucción craneal y de no haber sido intervenido habría muerto en un plazo de entre uno y cinco días. Asimismo, le quedó como secuela la pérdida del sentido del olfato.