Para los jóvenes, con la crisis del coronavirus llueve sobre mojado. La posibilidad de que fuese la primera generación que viviría peor que sus padres, latente tras la recesión del 2008, se ha convertido casi en una certeza con esta segunda crisis. La pandemia y ulterior depresión económica ha tenido un grave impacto sobre este sector de la sociedad que ahora el Consell de la Joventut de Xàtiva, junto al Consell Valencià de la Joventut, ha querido dejar patente con su estudio L’impacte de la Covid-19 a Xàtiva: Joventut i associacionisme juvenil, con el que busca radiografiar la situación que viven los jóvenes de la localidad en estos meses. El análisis, presentado ayer en la Casa de la Cultura, recoge una serie de conclusiones en ámbitos como la educación, el trabajo o el estado psicológico, así como propuestas para paliar la maltrecha situación.

Según hicieron ver los jóvenes encuestados, al final del curso pasado se enfrentaron a serias dificultades en el aprendizaje por unos modelos de docencia telemática que, forzados a usarse sin estar perfeccionados, resultaban menos operativos. A la incertidumbre sobre la marcha de las evaluaciones y los exámenes, que sufrirán también este año, se añade la desigualdad en las aulas, provocada por la brecha digital, según plasma este estudio.

Por otro lado, el acceso joven al mercado laboral, ya complicado antes del Covid-19, se ha visto aún más trabado. Los encuestados avanzan que sufrirán más despidos a causa de los contratos que tenían, temporales y precarios, así como obstáculos en el acceso a empleo de calidad y una gran dificultad para independizarse. Los jóvenes emprendedores, por su parte, señalaban la desinformación que padecían sobre las ayudas y la falta de perspectiva juvenil de las mismas.

En el ámbito social y psicológico, por último, padecieron la estigmatización de los medios de comunicación y las administraciones públicas, cambios enormes en los modos de socialización y un aumento general de los problemas psicológicos y de salud mental, derivados del estrés y la ansiedad del momento. La mayoría vive una sensación de enorme desmoralización, añaden.

La presentación del estudio se celebró ayer en la Casa de la Cultura de Xàtiva. El acto estuvo presidido por Ernesto Cuenca, corrdinador del estudio; Guillermo Delegido, presidente del Consell de Xàtiva; y Pilar Blasco, presidenta del Consell Valencià de la Joventut.

Otra consecuencia: la desconexión del asociacionismo

Además de los problemas sociales derivados de la crisis del coronavirus, la situación pandémica también se ha dejado notar en el asociacionismo juvenil, del que sus componentes se han desconectado, según el estudio del CLJX. Además de los problemas económicos a que se podrían enfrentar estas asociaciones y la suspensión de los actos en los que participaban, los jóvenes señalan la mala adaptación del movimiento a los requerimientos de la situación, así como incertidumbre sobre las actividades de las asociaciones que genera esta crisis.